El artículo en cuestión “Niños descalzos igual a niños más inteligentes”, elaborado por Isabel Gentil García, Profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid justifica la necesidad de dejar descalzos a los niños no deambuladores.
La autora sostiene que el movimiento físico y el estímulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es un factor de aceleración de la maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño, según informa el sitio bebesencamino.com.
¿Por qué son tan importantes los pies del bebé?
En los primeros meses los pies tienen una función esencial: informar del mundo exterior al bebé, que toca con ellos todo lo que tiene a su alcance, los manipula con sus manos y los lleva a la boca donde las terminaciones nerviosas sensitivas son mayores.
El hecho de calzar a los bebés que no caminan les priva de información táctil y la percepción de la posición y movimiento de los pies en relación con el espacio, que juegan un papel importante en el sistema nervioso central.
Por ello para la maduración de las habilidades motoras son necesarios el desarrollo de la coordinación visual manual y la adquisición de estas informaciones táctiles y perceptivas.
Sin duda los pies, como receptores privilegiados, contribuirían a un mejor desarrollo de la inteligencia del bebé, y ello es así porque la inteligencia se desarrolla mediante:
-La maduración del sistema nervioso, esto es la capacidad de diferenciar y discriminar cada vez un mayor número de estímulos y tiene que ver con la diferenciación de las células nerviosas.
-La experiencia de interacción con el mundo físico, esto es la manipulación, el manejo de los objetos.. Junto a las manos y la boca, los pies también tienen un papel fundamental.
-La necesidad de aprender. La mente humana tiende al equilibrio cognitivo. Cada vez que hay un estímulo exterior que no comprendemos tendemos a comprender buscando nueva información para reequilibrar.
A partir de los seis-siete meses, los bebés se suelen llevar los pies a la boca en ese proceso de autoconocimiento y aportando nuevas sensaciones y experiencias motoras que contribuyen al desarrollo de su inteligencia.
Además, el hecho de apoyar el pie descalzo en todo tipo de superficies, también irregulares, contribuye al desarrollo muscular.