Zavascki le retiró de esa manera la causa al juez de primera instancia Vallisney de Souza Oliveira, quien el pasado determinó que la Policía Federal se dirigiera a la sede del Senado y registrase los gabinetes de cinco parlamentarios sospechosos de participar en la red de corrupción que operó en la petrolera estatal Petrobras.
Según informó la oficina del magistrado, uno de los once miembros del Supremo, la corte deberá determinar si el juez Souza Oliveira se “extralimitó” en sus competencias y decidirá sobre la “legitimidad o no de los actos practicados”.
En esa operación fueron incautados ordenadores y documentos y, además, detenidos cuatro agentes de la Policía del Legislativo, entre ellos el jefe de ese organismo, Pedro Ricardo Araújo Carvalho.
La acción fue objeto de duras críticas del presidente del Senado, Renán Calheiros, quien consideró la operación como un “abuso” y una “intromisión” de la justicia en el Poder Legislativo.
“Un juececito de primera instancia no puede, en ningún momento, atentar contra uno de los poderes de la Nación”, declaró Calheiros este lunes.
Calheiros hizo extensivas sus críticas al ministro de Justicia, Alexandro de Moraes, de cuyo despacho depende la Policía Federal.
“El ministro actúa como un jefecito de Policía” al permitir “este espectáculo inusitado”, afirmó el presidente del Senado.
A las declaraciones de Calheiros les salió al paso la presidenta de la Corte Suprema, Carmen Lucia Antunes Rocha, quien en un acto público y sin citar a Calheiros, exigió “respeto” a los tribunales y afirmó que “cuando un juez es agredido, cada juez es agredido”.
Según sostuvo la magistrada, “no hay ninguna necesidad, en una convivencia democrática y libre, de hacer alguna crítica fuera del estrecho límite de la constitucionalidad”.