Pero existe una variante del sicario de la que cada vez se va hablando más. Alguien que, por encargo y ocultándose, manipula la economía de un país hasta hundirlo en la miseria en beneficio de alguno de los “amos” del mundo.
Por supuesto, con el beneficio o al menos la complicidad de los gobernantes de turno. Y si alguno de ellos se negara, Arbenz (Guatemala), Roldós (Ecuador), Torrijos (Panamá), etc…, entonces entran los sicarios tradicionales armados de los que mucho se habla.
¿Cuál es el modo de actuar de estos sicarios económicos?
Hay varios, todos por supuesto con el apoyo de entidades internacionales con apariencias de prestar ayuda.
Generalmente comienza influyendo para que ese país determinado se endeude más y más con fines aparentemente de progreso, pero cuyo endeudamiento supera el modo de pagar los intereses anuales, por lo que se tiene que endeudar todavía más para solventarlos.
Al final de quince o veinte años, llega la fecha de pagar la deuda completa y entonces tiene la bancarrota. Ese país cae inerte en manos de los acreedores internacionales que hacen con él lo que quieren.
Otro modo es el recorte inmisericorde de los fondos sociales en salud, educación, vivienda, trabajo. El pueblo pobre, mayoritariamente pobre, caerá en la desesperación.
Entonces el sicario económico presentará como la salvación la privatización de todos los bienes del país (agua, salud, rutas, aeropuertos, minería, electricidad, petróleo, tierra, etc.) y el resultado es el mismo: sus nuevos “amos” internacionales lo explotarán al máximo.
Otro modo encargado a estos sicarios económicos es la liberación del comercio. Así introducirán mercancías más baratas que las producidas en el país y fundirán la producción nacional.
(Busque en Google video sobre “confesión de un sicario económico”).
