29 mar. 2024

El rincón turístico más tradicional de Asunción

La Recova, a unos metros del puerto de Asunción, nació como un punto estratégico para miles de personas que llegaban en los barcos que arribaban al país procedentes de todo el mundo. Hoy el puerto ya no está, pero la Recova sigue firme a pesar del paso del tiempo.

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La Recova fue construida por el arquitecto Alejandro Ravizza. | Foto: Belén Paredes.

La Recova es el rincón turístico más tradicional de Asunción. Allí se puede encontrar una variedad infinita de productos artesanales provenientes de todos los departamentos del país.

En sus inicios funcionó como la Capitanía General de Puertos y era un lugar de alto tránsito, teniendo en cuenta el movimiento portuario existente. En la actualidad, es una galería donde se ofrecen artículos típicos de toda clase. En la otra parte funcionan las oficinas de la Prefectura Naval.

Si uno busca comprar recuerdos del Paraguay, lo mejor es llegar hasta la galería ubicada sobre la calle Colón. Ñandutíes, llaveros y otros objetos repujados en cuero, camisas de ao po’i, bolsas de karanda’y, pantallas contra el calor paraguayo, finas carteras de cuero y mucho más.

Sarita Cegla es una de las dos personas que mantienen su propio local. Ella trabaja en la Recova desde hace más de 40 años. El resto optó por vender o alquilar su local, para buscar mejores lares. Así también, hay personas que decidieron apostar por el mítico rincón, pero no llevan tantos años a cuestas.

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Sarita recuerda que empezó trabajando para la recordada joyería Tower y luego, hace 20 años, decidió comprar el local e iniciar su propio negocio.

“Acá en el puerto, en la calle Colón, comenzó la ciudad de Asunción, es el inicio de todo. Y esta galería es uno de los lugares más antiguos que tenemos. En otros países esto se cuida como patrimonio, pero acá nada”, lamenta Sarita.

Ella rememora que cuando empezó a trabajar en la zona, hace 40 años, el movimiento era incesante debido a la cantidad de barcos que llegaban a nuestro país a través del puerto de Asunción.

“Los barcos venían de turismo de la Argentina y los turistas bajaban al puerto y venían acá. Nosotros ofrecíamos acá de forma exclusiva las cosas típicas. Venían los embajadores y, aunque no era todos los días la venta, cuando venían los barcos con turistas argentinos, esto se llenaba y aguantábamos épocas sin trabajar tanto incluso”, recuerda.

Conocida antiguamente como la “Recova de Ravizza”, por el nombre del arquitecto que la diseñó, actualmente la situación es muy diferente a la de épocas pasadas. Uno de los principales problemas es el alto impuesto que existe para el centro de Asunción y el costo que representa mantener un local cuyo edificio es considerado patrimonio arquitectónico.

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La señora Sarita Cegla mostrando los productos de ñanduti.

“Ahora estamos todos muy en baja. Por la calle usted tiene que ver que en todos lados están vendiendo de manera informal, mientras acá los impuestos son muy altos. Y nosotros que mantenemos a tantos artesanos de todo el país, como por ejemplo, el ñanduti que se hace en Itauguá; en Carapeguá se hace el encaje ju; el ao po’i en Villarrica; el cuero en Luque, y así hay muchísima gente que tiene trabajo a través de esto”, expresa.

Cegla añade que existe una especie de descuentos por tratarse de productos artesanales pero que, de tanta burocracia, termina costando lo mismo que sin descuento.

“La verdad que es lamentable que no tengamos un canon especial, siendo que esto es patrimonio histórico. Te dan un descuento por un año, pero es tanto el papeleo para conseguir ese descuento que al final te sale lo mismo”, afirma.

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Agrega que por la situación de los impuestos elevados muchos locales se encuentran abandonados sobre calle Palma y otros puntos del microcentro. “Los impuestos son altísimos, por eso sobre Palma hay muchos locales abandonados”, sostiene y prosigue diciendo que, de todos modos, si existiese voluntad, el rincón de la artesanía se podría mejorar, como se hace en varios países.

En cuanto a los clientes que llegan hasta el lugar, varios comerciantes señalan que últimamente son los propios paraguayos, que muchas veces residen en el exterior, los que acuden para comprar regalos o recuerdos. Sarita Cegla señala que la promoción es a puro pulmón y recordó que anteriormente existían campañas para la utilización de prendas de ao po’i e incluso los gobiernos de Nicanor Duarte Frutos y de Fernando Lugo promovieron su uso.

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Las tradicionales pantallas de karanda’y al igual que el respaldero de vehículo o los arcos indígenas. | Foto: Belén Paredes.

“Actualmente vienen paraguayos que viven afuera, que buscan recuerdos para llevar. Tratamos de incrementar las ventas. En años anteriores se hicieron campañas para usar las camisas de ao po’i y se vendía mucho mejor, pero este presidente se olvida totalmente de este sector”, refiere.

Por su parte, Sonia Rivela lamenta que el lugar no se promocione a nivel estatal y sostiene que con el tiempo el lugar quedó en el olvido, por eso muchos jóvenes ni siquiera saben de su existencia. “Esto no se promociona para nada, los propios paraguayos no conocen casi este lugar. Cuando llegan se encuentran con que hay mucha artesanía acá”, señala.

Agrega que espera que a nivel turístico se acuerden del rincón de la Recova e hizo alusión a que hace poco se lanzó un recorrido turístico en bus, cuya parada es en un conocido restaurante, pero que hasta el momento no llegó hasta allí. “Queremos que a nivel turístico se explote más. Por ejemplo, ese bus turístico sale del Hard Rock, que no tiene nada de nuestro, y por acá por ejemplo no pasan”, expresa.

Ante la consulta de si la apertura de la Costanera incidió para mejorar las cosas, los comerciantes señalan que lo único que aumentó fue el tránsito vehicular, que nadie se detiene en la Recova.

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“El movimiento se fue apagando porque el puerto dejó de funcionar. Toda la zona bajó de nivel y no hubo cambios con la apertura de la Costanera. El cambio se sintió con el movimiento vehicular, porque al salir de la Costanera los vehículos suben por Colón”, afirma Sarita Cegla.

El otro problema que tienen los artesanos de la Recova es que, además de existir una parada de taxi que ocupa gran parte del espacio, está prohibido que los vehículos particulares y los buses de turismo estacionen.

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“No tenemos estacionamiento, ni a los ómnibus de turismo les permiten estacionar acá. Pero en cambio, existen cerca de 5 paradas de taxi una tras otra. Me impresiona la cantidad de paradas de taxi, una tras otra, pero no permiten ómnibus de turismo. Por eso necesitamos tener estacionamientos habilitados para que la gente tenga más facilidad de llegar”, finaliza Cegla.

La Recova está ubicada sobre la calle Colón casi Presidente Franco.

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