Los reyes Felipe y Letizia de España presidieron hoy la ceremonia de entrega del Premio Cervantes en el habitual escenario del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).
En su discurso, el monarca ensalzó a Mendoza como un “verdadero artesano del lenguaje”, que usa “como una herramienta de precisión” ajustada a los diferentes registros idiomáticos de sus personajes para acercar al lector a diversas realidades, “desde la de los diferentes grupos marginales a la de las clases altas, en diferentes épocas y en diferentes lugares”.
Tras recordar que su primera novela, “La verdad sobre el caso Savolta” (1975), transformó por completo hace más de 40 años el panorama literario de España, subrayó que, desde entonces, lectores y críticos reciben con “expectación inusual” cada uno de sus nuevos títulos, que componen una obra marcada por el “mestizaje literario” entre novela histórica, novela negra, parodia, picaresca y crónica periodística.
El rey destacó asimismo cómo en su obra “conviven el castellano y el catalán”, además de alabar la importancia del “ecosistema cultural barcelonés” y recalcar que esta ciudad es “una de las grandes capitales mundiales del libro”.