“Nosotros estamos también comprometidos a apoyar por el largo plazo el éxito de ese proceso pero sobre todo estamos muy agradecidos porque sabemos que no es un asunto fácil, pero me parece que va bien”, dijo Freden a la prensa durante una recepción en Montevideo por los 239 años de independencia de EE.UU.
Freden, Encargado de Negocios de la embajada estadounidense, quedó desde diciembre de 2014 al frente de la misma a la espera de que el Gobierno norteamericano designe un nuevo embajador tras la marcha de Julissa Reynoso.
Cuatro sirios, un tunecino y un palestino fueron acogidos en diciembre de 2014 en Uruguay, según el entonces presidente, José Mujica (2010-2015), por “razones humanitarias” y por su compromiso de colaborar con su par estadounidense, Barack Obama, en el plan de cierre del penal radicado en la base naval estadounidense en Guantánamo (Cuba) para acusados de terrorismo.
“El presidente Obama está comprometido a cerrar Guantánamo, pero no lo podemos hacer sin ayuda de países amigos como Uruguay”, expresó hoy Freden.
Sin embargo, en su estancia en Uruguay, los exreclusos llegaron a mostrar su disconformidad con su situación económica y social en el país sudamericano.
El pasado 19 de mayo cuatro de ellos pusieron fin a una protesta de casi un mes frente la embajada de Estados Unidos en Montevideo, con la que buscaban que ese país les diera “lo necesario para llevar una vida normal como seres humanos” en Uruguay, tras haber estado 13 años presos sin cargos en la base de Guantánamo.
EE.UU. no atendió su reclamo, pero el Gobierno uruguayo trató de institucionalizar su proceso de adaptación e inserción en Uruguay por intermedio de un convenio con una ONG representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que les brinda apoyo financiero y una vivienda en alquiler a cada uno.
“A mí me parece que va muy bien el programa de reasentamiento del Gobierno actual. Va adelante (...) Estamos muy agradecidos a Uruguay”, añadió el Encargado de Negocios de la embajada.
En este sentido, el pasado abril, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, dijo que si bien su país dio asilo a estos hombres, EE.UU debía proporcionar “todos los medios” para que su vida fuera “digna”, y confesó que “por el momento” no llegarán al país nuevos exreos del penal estadounidense.
“La relación entre EE.UU. y Uruguay en este momento es excelente. Vamos adelante en muchos campos tanto en el comercio como en los intercambios en el campo de educación, el apoyo para las reformas de la policía y tenemos una agenda muy ocupada que estamos enfocando en los intercambios de ciencias y tecnologías”, aseveró Freden.