El Boeing 747 del presidente y la primera dama china, Peng Liyuan, se detuvo en Alaska para repostar después de partir este viernes desde West Palm Beach (Florida), donde el mandatario chino se reunió con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
La delegación china aprovechó la parada técnica de menos de cuatro horas para reunirse con el gobernador Walker y admirar el paisaje montañoso de Turnagain Arm, cerca de la ciudad más grande del estado septentrional estadounidense.
Pese al poco tiempo, el gobernador Walker aprovechó la ocasión para cenar con Xi y tratar asuntos como las exportaciones de gas natural desde Alaska así como otros temas de interés para un estado que tiene como primer socio comercial a China.
Alaska exportó a China en 2016 minerales, crudo, mariscos y otros productos por valor de 1.200 millones de dólares.
Pese a que no es raro que un mandatario chino sobrevuele o se detenga a repostar en Alaska de camino a Pekín, no es habitual que realicen paradas oficiales para mantener reuniones de trabajo como esta, que se mantuvo en secreto hasta el aterrizaje de Xi.
China ha mostrado su interés en el Ártico ante la apertura de nuevas rutas comerciales marítimas o nuevos yacimientos de hidrocarburos debido al calentamiento global y la menor presencia de hielo en la zona.