Existe un dicho: “el precio de la libertad en el márketing es la responsabilidad social”, y este hace alocución al conjunto de filosofías, políticas, procedimientos y acciones de márketing enfocados a mejorar el bienestar de la sociedad.
Un error masivo en la responsabilidad social son por ejemplo los fraudes, en donde las cosas no son lo que aparentan ser, y es precisamente la exageración del buen desempeño de un producto la que podría perjudicar a los clientes que confían en él.
Existen varias dimensiones cuando hablamos de responsabilidad social en el márketing, pero en este artículo nos concentramos en la lucha por ser más eficaz y eficiente elevando la calidad de vida, lo cual es más complicado de lo que se cree, y una muestra de que no siempre se logra está en las críticas que surgen al respecto, como por ejemplo:
– Mucha cantidad de productos innecesarios surgen y no prosperan, lo anterior se da en parte a que la creación y márketing de nuevos productos que siempre lleva un riesgo, y son precisamente los fracasos frecuentes el costo que muchas veces se paga por un gran éxito.
– Muchos productos innecesarios surgen y triunfan, para esto hay que tener en cuenta que una de las tareas del márketing es crear productos nuevos que los clientes prefieran y deseen en lugar de los que actualmente utilizan. El problema que se plantea aquí es que muchas veces se piensa que tener demasiados productos exitosos solo nos lleva a un mayor desperdicio de la tierra y de los escasos ingresos de la gente pobre, lo cual probablemente sea cierto, pero a la vez hay que decir que si creemos en la libertad de elección, entonces también debemos permitir que otras personas expresen esta libertad cuando seleccionan productos.
Por otro lado, se dice que el márketing fomenta la obsolescencia programada, la cual se describe como el diseño de un producto con características que se desarrollan para que pronto sean superadas, y que, por tanto lograrán que el modelo sea obsoleto, acerca de esto se puede debatir que los clientes no tienen necesariamente que comprar la última versión, y en efecto en muchos de los casos, no lo hacen. ¿Pero las campañas de márketing ayudan a fomentar esto último?
Definitivamente la responsabilidad de los mercadólogos debería ser la de propiciar la conservación e innovación de productos que consuman menos recursos escasos. El consumo responsable, a través de la incorporación de criterios éticos, sociales y ambientales.