“Estoy convencido de que esto reforzará el potencial del partido, aumentará su apoyo popular y permitirá celebrar con éxito la campaña electoral”, reza el mensaje del presidente ruso, Vladímir Putin, a los asistentes al XV congreso federal del partido.
Putin, quien cedió la dirección de la formación oficialista al primer ministro, Dmitri Medvédev, destacó que así Rusia Unida (RU) estará en permanente diálogo con la ciudadanía y da muestras de transparencia y democracia dentro del partido.
“El partido demuestra capacidad de renovación”, agregó, según informan medios locales.
Las primarias se celebrarán en toda Rusia por medio de sufragio directo y secreto el 22 de mayo, aunque cada votante podrá apoyar a más de un candidato.
“Quiero destacar que no habrá ni listas pactadas de antemano ni promoción de candidatos cómodos. Aquellos que reciban el apoyo de la gente, participarán en las elecciones a la Duma o cámara de diputados”, dijo Medvédev.
El líder de Rusia Unida advirtió que, a partir de ahora, “no hay otro medio de entrar en las listas” del partido y “no puede hacer excepciones ni para las personas más cercanas”, aunque se trate de familiares.
“Eso es inadmisible. Los recursos del partido deben usarse en interés de todo el pueblo. Esa es la postura del presidente y la mía como líder del partido”, apuntó.
Además, el partido introdujo a 52 nuevas caras en su dirección, entre las que figuran personalidades de la cultura, condecorados militares, empresarios y deportistas retirados.
Y, entre otros, excluyó de ese órgano a los ministros del Gobierno más impopulares como es el caso de los titulares de Cultura, Dmitri Livanov, y Finanzas, Antón Siluánov, y la diputada Irina Yarováya.
“No es algo terrible. El partido debe cambiar. No somos el Partido Comunista de la Unión Soviética. Si se respeta plenamente este principio, la dirección del partido habrá cambiado completamente en seis años”, subrayó Medvédev.
En los anteriores comicios parlamentarios el partido oficialista fue acusado de fraude electoral, lo que desembocó en las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la Unión Soviética.
Según opositores y analistas, el descontento popular por la situación económica, ya que los ingresos reales han caído por vez primera desde que Putin llegara al poder en 2000, podrían provocar una nueva ola de protestas.