Todo quedó captado en imágenes fotográficas y fueron, inclusive, divulgadas por el mismo Vaticano. En las fotos se ve al Papa rezando en medio de ruinas que antes servían de hogar a muchas familias. En el lugar murieron 300 personas tras el sismo.
El Papa, una vez más, rompió cualquier tipo de protocolos y se dispuso a orar en medio de escombros. Conversó con uno de los sobrevivientes que perdió en el trágico hecho a su esposa y sus dos hijos.
El santo pontífice llegó a la “zona roja” de la localidad de Amatrice para mostrar su apoyo a los sobrevivientes del terremoto sin antes mencionar que desde hace tiempo quería ir pero que “no quería molestar a nadie” hasta este martes que los visitó.
“Desde el primer momento sentí la necesidad de estar aquí. De rezar con vosotros. De mostrar mi cercanía. En este momento de tristeza y dolor, sigamos adelante mientras recordamos a nuestros seres queridos que murieron aquí bajo los escombros. Recemos por ellos”, dijo el jesuita.
Según el portal de noticias Infobae, existen unas 1.800 personas afectadas por el sismo que siguen alojadas en carpas según los últimos datos manejados.