EFE
Francisco dedicó hoy su reflexión a las diferencias “entre dos estilos de vida contrapuestos: el mundano y el del Evangelio”.
Explicó que se debe elegir entre dos caminos “la honestidad y la deshonestidad, la fidelidad y la infidelidad, el egoísmo y el altruismo, el bien y el mal”, y que no se puede “oscilar entre uno y otro”.
Sobre el estilo de vida de la mundanidad, Francisco citó la corrupción, que dijo es como la droga “que se puede usar y dejar cuando se decide”, pero advirtió que, sin embargo, “produce dependencia y genera pobreza, explotación y sufrimiento”.
La corrupción, agregó, “constituye el camino más equivocado, el del pecado, aunque es el más fácil de recorrer”.
Recordó que el Evangelio pide un estilo de vida “serio y comprometido, pero también lleno de alegría, que se base en la honestidad, en ser correctos, en el respeto por los demás y por su dignidad y en el sentido del deber”.
“Esta es la astucia cristiana”, aseguró.
Francisco pidió entonces que los fieles puedan “elegir el camino justo y encuentren el valor para ir contracorriente para seguir a Jesús y a su Evangelio”.