“Algunos pensarán que el papa pierde tiempo y no entenderán que recorra tantos kilómetros para visitar una pequeña comunidad de 700 personas en un país de dos millones”, comentó Francisco, quien hoy llegó hasta Azerbaiyán, donde pasará diez horas, tras dos días de visita a Georgia.
Pero justificó esta celebración en una pequeña parroquia al asegurar que “el papa imita al espíritu santo y también él ha bajado del cielo para visitar a una pequeña comunidad, como la que estaba encerrada en el cenáculo”.
“Aquella comunidad que sentía pobre y abandonada, pero el espíritu santo le dio fuerza para ir adelante en el nombre de Jesús”, agregó.
“El papa pierde tiempo como hizo el Espíritu Santo hace tiempo”, expresó.
Y se despidió pidiendo a esta comunidad de salesianos, la única presente en Bakú, que sigan adelante “sin miedo”.
El papa Francisco celebró hoy la misa dominical en la iglesia de la Inmaculada en Bakú ante la comunidad salesiana, la única presente y que representa a los cerca 500 católicos que viven en este país musulmán.
Una sencilla misa ante cerca de unas 400 personas, prácticamente la comunidad entera, con coros acompañadas de guitarras y flautas como en cualquier parroquia.
Francisco ofició en inglés, el idioma que utilizan para comunicarse los salesianos y las religiosas que viven en Bakú, aunque la homilía la pronunció en italiano y se tradujo en azerí para los fieles.
La comunidad salesiana de la capital georgiana se compone de siete sacerdotes y desde hace un año trabajan dos religiosas de la orden de las Hijas de María Auxiliadora, que llegaron de Eslovaquia y también están presentes misioneras de la Caridad, las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta.