El equipo de Guardiola, que no pudo contar con el argentino Sergio “Kun” Agüero, sancionado, ni con el español David Silva, lesionado, volvió a demostrar el excelente momento de forma por el que atraviesa, tras encadenar su octava victoria consecutiva, cinco en la “Premier” y tres en la Liga de Campeones, dos de ellas en la fase previa.
Para ello, los “citizens”, que no necesitaron llegar al nivel de excelencia que mostraron en la primera parte del duelo de la semana pasada ante el Manchester United, añadieron a las habituales señas de identidad de los equipos de Guardiola, una nueva variante, un letal contragolpe.
A la carrera llegaron dos de los cuatro goles del Manchester City, los anotados por el nigeriano Kelechi Iheanacho, que firmó el 2-0 a los 25 minutos, y el extremo Raheem Sterling, que estableció el momentáneo 3-0 a los 48.
Dos jugadas en las que tuvo un papel fundamental el belga Kevin de Bruyne, el mejor jugador del partido, que no sólo condujo con velocidad y sapiencia las contras del City, sino que además abrió a los 15 minutos el marcador para los locales, con un acción de pillería, tras superar por bajo a la barrera en un lanzamiento de falta.
De Bruyne también fue determinante en el cuarto y último tanto del Manchester City, tras asistir a la perfección a los 66 minutos al turco Ilkay Gündogan, que se estrenó como goleador con el equipo “sky blue”, tras demostrar una de sus principales virtudes, su capacidad para incorporarse al área desde la segunda línea.
Un triunfo, sólo ensombrecido por la expulsión a los 85 minutos por tarjeta roja directa del español Manuel Agudo “Nolito”, que permite al Manchester City reafirmarse en el liderato de la Liga inglesa con dos puntos de ventaja sobre el Everton, que se impuso por 3-1 al Middlesbrough del español Aitor Karanka.
El equipo de Liverpool se aupó a la segunda posición, tras encadenar su cuarta victoria consecutiva, tras remontar un encuentro en el que el Middlesbrough se adelantó en el marcador a los 21 minutos con un gol en propia meta del portero holandés Maarten Stekelenburg que introdujo el balón en su propia portería presionado por el delantero español Álvaro Negredo.
Un marcador al que el Everton dio la vuelta antes de llegar al descanso con los tantos de Gareth Barry, Seamus Coleman y el belga Romelu Lukaku, que anotó el definitivo 3-1 en la prolongación del primer período.
Igualmente efectivo se mostró el Arsenal, tercero con cinco puntos menos que el líder, el Manchester City, tras vencer este sábado por 1-4 al Hull.
Victoria en la que tuvo un papel fundamental el delantero chileno Alexis Sánchez, que firmó un doblete en el KCOM Stadium, en un encuentro en el que el sudamericano falló un penalti a los 41 minutos de juego.
Un fallo que no impidió a los de Arsene Wenger, que se adelantaron el marcador con un tanto de Alexis Sánchez a los 17 minutos, sumar los tres puntos, en un duelo en el que los locales jugaron durante una hora menos por la expulsión del centrocampista Jake Livermore, tras tocar con la mano el balón en el área.
Superioridad numérica que los “gunners” no desaprovecharon para ampliar su ventaja en la segunda mitad con los goles de Theo Walcott (m.55), Alexis Sánchez (m.83) y el suizo Granit Xhaka, que estableció el definitivo 1-4 en el tiempo de prolongación.
Tampoco pasó apuros el vigente campeón, el Leicester, que redondeó una excepcional semana, tras la victoria lograda el miércoles por 0-3 al Brujas en la Liga de Campeones, al imponerse este sábado por idéntico resultado (3-0) al Burnley.
Los dos del argelino Islam Slimani en los minutos finales del primer tiempo y en los iniciales del segundo encarrilaron la victoria de un Leicester, que se aupó a la novena plaza, igualado a 7 puntos con el West Bromwich, que agudizó la crisis del West Ham, tras vencer hoy por 4-2 a los “hammers”.
Liderado por el centrocampista belga Nacer Chadli, autor de dos tantos, el primero de ellos de penalti, el West Bromwich, que a los 56 minutos vencía ya por un contundente 4-0, condenó al West Ham a su cuarta derrota del curso, que deja a los del croata Slaven Bilic al borde de los puestos de descenso.
