En el caso específico de Essap se plantea mantener la tarifa actual solo a quienes usan de 0 a 15.000 litros mensuales, porque de acuerdo con sus mediciones, ese es el uso regular para consumo humano.
Osmar Sarubbi, presidente la empresa pública, indicó que el principio del Estado es producir agua potable para el consumo ciudadano, no para uso industrial ni para desperdiciar.
Por su parte, la ANDE propone un rebalanceo tarifario y que sean aquellos clientes que más energía consumen los que absorban más carga tarifaria y que los grupos enmarcados en la tarifa social y residencial tengan un mínimo impacto.
Fabián Cáceres, gerente de Planificación de la ANDE, explicó que el Equipo Económico pidió que los clientes que menos energía demanden tengan una menor incidencia en el reajuste de la tarifa. En ese sentido, también se plantea que para los usuarios menos pudientes y que menos energía consumen, el reajuste sea del 0%, es decir, nulo.
Actualmente, la compañía eléctrica cuenta con 1.400.000 abonados, de los cuales 800.000 (el 60%) consumen hasta 300 kilovatios hora (kWh) al mes. La idea es que estos clientes tengan la menor exigencia posible y, en consecuencia, el mayor aumento lo recibirán los usuarios que están dentro de los grupos comercial, industrial, gubernamental, general y el segmento residencial que tiene mayor consumo. En total son 600.000 los consumidores que están bajo estas condiciones, el 40% de todos los clientes de la ANDE.
La compañía afirma que necesita obtener recursos por USD 4.000 millones para encarar obras hasta el 2023.