Aunque Estados Unidos ha gastado miles de millones en la lucha armada contra Al Qaeda, el Estado Islámico y otros grupos, carece de esfuerzos coordinados en la “guerra larga” de impedir que su ideología afecte a jóvenes musulmanes en casa, indicaron. Ellos expresaron que la Casa Blanca necesita establecer un nuevo asistente presidencial con un presupuesto anual de 1.000 millones de dólares para coordinar y financiar esfuerzos a lo largo del país para detener la radicalización.
El gasto actual en tales programas, de acuerdo a un nuevo informe sobre cómo combatir el extremismo del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, es de apenas el 0,1% del presupuesto del país contra el terrorismo. “Es tiempo de que el Gobierno de EEUU y sus aliados avancen con todo en la prevención de la radicalización y reclutamiento de toda una nueva generación”, indica el informe. afp