Braga compareció ante la Cámara de Diputados para debatir la situación del sistema eléctrico nacional, que en los últimos meses ha sufrido diversos fallos que, según expertos del sector, pueden agravarse en un corto plazo debido a la escasez de lluvias durante el verano austral, que concluye el próximo 21 de marzo.
La inesperada sequía ha generado deficiencias en el sistema de generación, que depende en un 70 % de las represas hidroeléctricas, cuyos embalses presentan niveles menores a los que tenían en 2001, cuando el país fue sometido a un riguroso racionamiento de energía.
“Quisiéramos tener más lluvias, pero aún con los embalses en niveles inferiores a los de 2001 mantenemos el abastecimiento de energía, gracias a la robustez del sistema”, declaró Braga.
El ministro sostuvo que, en la última década, se aumentó la capacidad de generación del país y que además, desde 2010, se lleva a cabo un programa de diversificación de fuentes, que busca reducir la dependencia de la predominante matriz hidroeléctrica.
Según Braga, actualmente se desarrollan 19 proyectos nuevos en el área hidroeléctrica, pero también otros 34 en el sector de gas, así como 420 parques eólicos y 31 plantas de energía fotovoltaica, que en los próximos años aumentarán la capacidad de generación.
El ministro reconoció que hoy la situación es especialmente delicada en las regiones del sureste del país, en las que se sitúan los estados de Río de Janeiro, Sao Paulo y Minas Gerais, los tres más poblados e industrializados del país.
Braga reconoció que, tras la temporada veraniega de lluvias, que está llegando a su fin con los embalses en unos niveles mínimos, en esos estados la población deberá “colaborar” y evitar el desperdicio de agua, aunque insistió en que hasta ahora no existe el riesgo de llegar al extremo de racionamientos de energía.
