La muestra reunirá hasta el 13 de noviembre 32 instantáneas tomadas durante los alrededor de cinco meses que el fotoperiodista pasó en Libia.
Con ellas, Contreras (1975) intenta resumir cómo en lugar de ser país de paso hacia Europa para migrantes, refugiados y ciudadanos en busca de asilo político, ese país se ha convertido en una plataforma donde diariamente se compran y venden seres humanos, subrayan los promotores del premio y de la exposición en un comunicado.
Las imágenes de esas poblaciones maltratadas, retenidas en centros de detención en condiciones inhumanas, sometidas y manipuladas por milicias que comercian con ellas, documentan en realidad una nueva crisis humanitaria en el mundo, cinco años después de la caída de Muamar al Gadafi y de su linchamiento.
Ilustran, también, el caos político, militar y humanitario que vive ese país, mientras el Gobierno de unidad nacional, bajo la égida de la ONU, no logra hacerse respetar y cada día luchan milicias rivales en todo el territorio, destaca la nota.
Contreras conoce bien el tema, pues desde 2010 fotografía el coste humano de la guerra, lo que le ha llevado a trabajar en diferentes países del sur asiático y Oriente Medio para numerosos medios internacionales.
En la actualidad, prepara un reportaje sobre los emigrantes en el norte de África, parte de un proyecto más vasto sobre la trata en el mundo.
La exhibición podrá verse en el Palacio de la Industria y forma parte, junto con la publicación de un libro monográfico, del premio Carmignac, dotado con 50.000 euros, que Contreras recogió el pasado mes de septiembre en Perpiñán, en el festival de fotoperiodismo “Visa pour L’Image”.
Su reportaje es, de hecho, fruto directo de este galardón, que le fue otorgado a su proyecto en el otoño de 2015, por un jurado internacional presidido por la directora de la Photographers’ Gallery de Londres, Brett Rogers.