En el país, cerca del 7% de todos los nacimientos se efectúan de manera prematura, es decir, nacen antes de cumplir las 37 semanas de gestación. Esta situación desencadena secuelas neurológicas y a nivel pulmonar, por el escaso desarrollo del feto.
Ser madres en tiempo de empoderamiento laboral es uno de los disparadores del estrés, causante de alumbramientos prematuros. A este perfil se suman los factores de riesgo que son fumar, beber o enfermedades de base.
Entre ellos, el principal factor que se registra en el Hospital Central es el estrés laboral de las mujeres. “Son difíciles de llevar juntos: el trabajo y el estrés. Porque muchas veces en el trabajo no se respeta el embarazo; entonces estas madres sufren muchos problemas en el trabajo y eso hace que pueda derivar en partos prematuros”, dijo la doctora Carreras.
Un bebé prematuro pesa menos de 1 kilogramo y requiere cuidados en terapia intensiva un promedio de 3 a 6 meses, para su desarrollo general fuera del útero. Esta es una etapa muy dura para los padres. “Son muy pequeños y necesitan muchísimos cuidados por la inmadurez que tienen; esa misma inmadurez hace que sean inmunodeprimidos y puedan adquirir infecciones fácilmente”.
No pasan de 1 kilo. Las bajas son mínimas, destacó la doctora al tiempo de relatar que cuentan con un acompañamiento y todo el equipo médico para mejorar el estado de salud de los niños que nacen con menos de 1 kilo. “Tenemos un alto índice de nacimientos prematuros. La sala de terapia intensiva son todos niños que no pasan más de un kilo. Están mucho tiempo internados, por eso decimos que son nuestros pequeños grandes héroes, porque salen adelante contra viento y marea. La gran mayoría logra pasar, también hay bajas, la mayoría sale sin secuelas para que lleven una vida normal”. En el Hospital Central del IPS se inició ayer la “Semana del Prematuro” y se extenderá hasta el viernes 18 con charlas y relatos de los padres.