El Auriazul se reconcilió no solo con su gente, sino también se reencontró con el fútbol. Empujado por la entusiasta hinchada, tuvo un arranque a pedir de boca. En la primera acción los locales, a los 7' desarrollaron una de las mejores jugadas del partido y terminó en gol de Di Vanni. Cinco minutos después Juan Escobar marcó el segundo de cabeza, tras un tiro libre.
Los goles llegaron tan seguidos y temprano, que uno no puede sacar la conclusión si fue merecida esa ventaja.
Desgracia. Todo lo bueno que se hizo se manchó con el error de Di Vanni, que retrasó un balón en la salida, que terminó en penal de Benítez y gol de Murillo.
En el complemento, condicionado a marcar un gol más, Schonhauser realizó movidas tratando de potenciar el ataque, pero el esfuerzo físico mermó el rendimiento de algunos que fueron claves. Al final, los hinchas, pese a la eliminación, reconocieron a sus jugadores con aplausos.