En materia de seguridad el presente Gobierno está aplazado. La reciente liberación de los colonos Bernhard Blatz y Franz Hiebert Wieler, sin la mínima intervención de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), en la estancia Luisa, Departamento de Concepción, es una prueba de ello.
Hiebert y Blatz obtuvieron su libertad luego de que sus familiares cumplieran las exigencias del grupo criminal. Los menonitas realizaron un pago cuyo monto rondaría el millón de dólares, además de distribuir víveres a personas en condición de vulnerabilidad en Amambay, Concepción y Asunción. La entrega de los kits de alimentos se realizó el 18 y 19 de diciembre. Los familiares de las víctimas confesaron que el operativo se ejecutó tras recibir una prueba de vida de ambos.
La liberación de los dos colonos trae alivio no solo a sus familiares y a su comunidad, sino también aporta sosiego al país.
Pero el EPP le sigue marcando así la agenda a este Gobierno: Los liberó cuando quiso, informó sobre la muerte de Abrahán Ferhr cuando les vino en ganas. Cuando ellos dispusieron se pudieron hallar los restos de Ferhr, en una fosa en el interior de la estancia San Eduardo de Tacuatí, San Pedro. Lo hicieron saber a través de panfletos que indicaban en un mapa el lugar exacto de la fosa. El colono permaneció cautivo por 157 días y, sin duda alguna, su muerte desnudó la manifiesta ineficacia de la FTC para dar con el paradero de los secuestrados por el Ejército del Pueblo Paraguayo.
Resulta evidente que el grupo criminal marca las pautas y se burla de la FTC, que nunca logró liberar a ninguno de los secuestrados. Por otra parte, mientras las familias pagaban y así lograban la liberación de sus seres queridos, la FTC permanecía en un muy discreto segundo plano, casi como un decorado en todo este drama.
A casi cinco años de su creación, la FTC no ha probado su utilidad en la lucha contra el EPP. De hecho, desde la conformación de esta fuerza militar-policial y la consiguiente militarización de varias zonas del Norte del país, el EPP mató a más personas y cometió más secuestros que en cualquier otro tiempo.
El Gobierno también debería tomar nota de lo que sucede. La ciudadanía está cansada del EPP, pero también está cansada de la inoperancia de las fuerzas de seguridad, que reiteradamente han permitido que el pueblo paraguayo sea humillado por una banda de criminales. El EPP le sigue ganando la partida a un Gobierno que hace casi cinco años prometió que este grupo no le marcaría la agenda. Ocurre exactamente lo contrario.
Los secuestros de los colonos menonitas se dieron precisamente en una zona supuestamente protegida por la FTC, que ya significó un gasto de al menos 23,5 millones de dólares.
Hasta el día de hoy permanecen secuestrados Edelio Morínigo, suboficial de Policía, quien a la fecha lleva 1.313 días secuestrado, y Félix Urbieta desde hace 482 días.
Los pobladores de la zona de influencia del grupo armado tienen derecho a vivir y trabajar en paz. Es hora de que el Gobierno emprenda una acción más decidida en el combate al terror y sus crímenes.