Una de las características de los paraguayos es consumir todo lo que hay o todo lo que tiene, sin importar cuál será la situación que nos espera mañana. Pensar en ahorrar en medio de la escasez es un desafío mucho más exigente y son pocos los que dan una receta para encarar una propuesta de esta naturaleza.
Sin embargo, otra de las cualidades muy resaltantes de los paraguayos es consumir y gastar de acuerdo a lo que se tiene, es decir, tiene la capacidad de adecuarse a las situaciones difíciles que de tanto en tanto les toca vivir y se ingenia para satisfacer sus necesidades con lo que tiene a mano.
En otras palabras, los paraguayos están preparados para adaptarse a las circunstancias y realidades económicas coyunturales.
Es conmovedor observar cómo las personas afectadas por las inundaciones generan estrategias para “mantenerse a flote” y hacer frente a las adversidades.
El año que iniciamos se presenta con un panorama bastante complicado para el país, la región y el mundo entero. Son pocos los países que no reportan dificultades económicas o situación de inundación. En otros puntos del planeta se habla de sequía, de calor intenso o frío extremo.
En cuanto a la situación particular de Paraguay, el Gobierno está extremando esfuerzos para dar respuestas a los reclamos de los pobladores. Pero siempre las necesidades superan a los recursos disponibles y surgen las quejas o grupos insatisfechos con la acción oficial. Incluso el sector privado y las iglesias están sumando su grano de arena para ayudar a los necesitados.
El 2016 de por sí ya se presenta complicado en el aspecto económico, debido a la menor actividad comercial en las ciudades fronterizas como Ciudad del Este, Encarnación, Pedro Juan Caballero y Salto del Guairá. También ya venía afectando el bajo precio de los productos agrícolas de exportación. Ahora se suman otros hechos que en cierto modo puede acrecentar las dificultades económicas.
Pero este es el momento en que debe salir el auténtico paraguayo a lucirse con sus cualidades de hacer frente a las adversidades climáticas, financieras o económicas, y aunque parezca descabellado, pensar en cómo ahorrar en medio de la escasez.
Normalmente se aconseja ahorrar en tiempos de abundancia, lo cual es más fácil, aunque a veces nos dejamos llevar por el consumismo y gastamos todo lo que tenemos.
Este año será de duro aprendizaje sobre cómo ahorrar y racionalizar los recursos disponibles, tanto el Estado, como las empresas privadas y la población toda deberá asumir desafíos, dejar de lado ciertos gastos innecesarios y adaptarse a los tiempos que vivimos.
Este año se deberá afinar los criterios de gastos a fin de que se cada moneda sea utilizada de la manera más correcta y eficiente posible. El Gobierno debe dar el ejemplo de una buena administración, de tal manera que las empresas privadas tengan una idea clara de hacia dónde vamos. Esto ayudará también para que las familias tomen conciencia de la situación y asuman una conducta que permita superar las dificultades coyunturales.