19 mar. 2024

El costo de la deuda generará restricciones presupuestarias

El proyecto del Presupuesto General de la Nación para el 2018 prevé un considerable aumento del monto destinado a los intereses de la deuda. El incremento se agrega al pago de amortizaciones y de otros gastos, en un contexto de persistencia del déficit público y de baja presión tributaria. Estas condiciones de carácter estructural ponen en riesgo el financiamiento de políticas que son fundamentales para el país. Paraguay ha avanzado en varios ámbitos del desarrollo en los últimos años, y no deben permitirse retrocesos. La gestión de la deuda es un tema central para el crecimiento y el desarrollo a largo plazo.

El contexto en el cual Paraguay se está endeudando es riesgoso. La economía mundial se ha ralentizado y con ella también la paraguaya. Dejamos de crecer a tasas promedio superiores al 5% para ubicarnos entre 3% y 4%. Los signos negativos ya se empezaron a sentir con la interrupción de la tendencia sostenida durante los últimos 10 años de reducción de la pobreza y con el aumento del desempleo. A eso se agrega que llegamos a los límites de la prudencia en materia de endeudamiento. La deuda con respecto a los recursos tributarios ya está por arriba de lo deseable. Si bien con respecto al PIB estamos cerca, no hay que olvidar que nuestro crecimiento es altamente volátil, sumado eso a la inestabilidad y a la falta de previsibilidad.

Esta estructura productiva –junto con un sistema tributario ineficiente y con sus bases erosionadas– no genera las recaudaciones necesarias para hacer frente al pago de los compromisos internacionales. Por eso parte del endeudamiento se destina a pagar deuda anterior. Así, la conjunción de cambios en la economía mundial, con perspectiva de ser de largo plazo, y las limitaciones estructurales de la nuestra dan como resultado un escenario poco alentador para ampliar las políticas que requiere el desarrollo.

El pago de la deuda no debe comprometer el bienestar de la población. Tarde o temprano el Ministerio de Hacienda deberá realizar recortes para pagar la deuda si no aumentan los recursos genuinos. Paraguay es un país que está en la cola de cualquier estadística relacionada con el desarrollo y en algunos ámbitos venimos en una franca tendencia a empeorar, como es el caso de la inseguridad ciudadana, los secuestros y el narcotráfico. La aspiración a mejorar en cualquiera de estos problemas se ve reducida por las restricciones presupuestarias.

Con soluciones marginales, coyunturales y sin recursos es ingenuo pensar en transitar hacia un país más desarrollado. El déficit habitacional y en la calidad de la educación, la exclusión de salud, la gran cantidad de personas sin ningún tipo de protección en la vejez, la mala calidad de la energía eléctrica y de internet, la falta de industrialización, el gran número de jóvenes emprendedores sin acceso a créditos, a capacitación, para mejorar los estándares de calidad de su producción, son algunos de los problemas que requieren políticas específicas y financiamiento.

Ningún país se ha desarrollado con infraestructura y sin lo demás. El financiamiento de la ampliación de la infraestructura no es suficiente argumento para continuar incrementando el endeudamiento, sin una reforma paralela que garantice la generación de recursos para pagarlo. Ese argumento podría ser suficiente dos o tres años más. Ahora ya no. Las autoridades que coyunturalmente están en un periodo de gobierno no solo son responsables por el éxito de su gestión, sino también por sus consecuencias a largo plazo.

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