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Recientemente, la cinta Annabelle despertó el interés de cinéfilos amantes del género terror en todo el mundo, y causó revuelo en las noticias, tras suscitar hechos de histeria colectiva entre jóvenes en una sala de cine en Francia, y ser levantada de cartelera en varias ciudades de dicho país.
En Paraguay, a menos de una semana de su estreno (24 de octubre), ya la vieron 12.457 personas, según datos de www.ultracine.com, un número importante comparando con otros filmes. En México, la cinta también movió mucho la taquilla, ya que en su semana de estreno vendió más de diez millones de dólares.
A nivel mundial, este largometraje ya recaudó 206 millones de dólares en tan solo dos semanas en cartelera, según datos del sitio especializado Box Office Mojo.
En una entrevista, el director de Annabelle, John Leonetti, manifestó que “a la gente le gusta que le asusten y que le entretengan mientras lo hacen”. El realizador de la secuela de El conjuro considera que “estas películas son tan exitosas en Latinoamérica porque es una región donde las creencias religiosas son muy fuertes, por ende, también la idea del diablo”.
En tanto, Harry Biedermann, propietario de Cines Itaú del Sol, afirma: “El cine de terror gusta, y en particular, me agrada, porque utiliza la estética y la puesta en escena, de forma visceral para despertar sensaciones fuertes. También porque junto al western, ambos son los géneros más icónicos del séptimo arte”.
Para Biedermann, quien se autodenomina cinéfilo y amante del referido género, “el terror no pasa de moda porque es efectivo, entretenido y apela a la reacción involuntaria de los espectadores, y eso el público lo agradece”, analiza.
Aunque el género se inició en 1910, con la primera adaptación del mito de Frankenstein (J. Searle Dawley para Edison Studios), fue en la década de 1920 que cobró vida, con Drácula y Nosferatu. Luego, surgieron otras importantes obras como El gabinete del doctor Caligari (1920).
Otras cintas del género que también agitaron la taquilla en 2014, según Biedermann, son Libéranos del mal, Oculus e Insidious 2. “Aunque la que mejores números arrojó en Paraguay fue Carrie, que estrenó el 25 de diciembre del año pasado”, recordó.
Mañana se estrena en las salas locales otra producción del mismo estilo y que promete nuevos sustos, Rec 4: Apocalipsis. En el final de esta saga, Ángela Vidal, la única superviviente de una terrible infección, es evacuada de un edificio contaminado. Cuando por fin la situación parece estar controlada, el caos vuelve a desatarse y la semilla del mal renace adoptando terribles formas. También se espera para noviembre la llegada del largometraje El remanente.
OTRA QUE ASUSTA. Otra cinta de terror, que ya está liderando en ventas de tiques, es Ouija, que este fin de semana, tras su estreno en Estados Unidos y Canadá, arrasó con 20 millones de dólares recaudados. Esta esperada producción aún no tiene fecha de proyección en Paraguay.
“Menores de 5 años no deben exponerse”
“No recomiendo la exposición de niños menores de cinco años a las imágenes y contenido de películas del género terror. Algunos padres eligen ver con sus chicos y enseñarles a no tener miedo de ellas, lo que hace que de adolescentes, ellos elijan verla, pues ya tienen la experiencia y generan agrado por este tipo de cintas, y las emociones que suscitan. El gusto por estas realizaciones se constituyen a través de la repetición y la adicción, es lo que sucede posteriormente, y funciona en automático, y esto ya no se puede controlar. Emociones fuertes y mucha adrenalina provocan las películas de terror bien desarrolladas, igual que cuando uno sube a una montaña rusa. Quienes son sensibles, padecen de alucinaciones, o tienen problemas para apreciar la realidad de una forma precisa, o padecen fobias, miedos extremos, deben evitar verlas. El cerebro se nutre de las representaciones sensoriales, de lo que uno ve y escucha.”, manifestó Diana Lima, psicóloga, máster y trainner en Programación Neurolinguística.