Libertad, sin esforzarse y jugando a media máquina, goleó a un Rubio Ñu con significativas limitaciones.
Mario Grana, quien debutaba en el banco de los ñuenses, solo pudo conseguir el equilibrio de su equipo hasta los 15’ del partido.
Erró de estrategia, porque quiso jugarle de igual a igual a una formación que, si bien es de alternativa, tenía en sus filas a futbolistas de trayectoria.
Cuando Néstor Camacho anotó el primer gol, que fue una linda definición de zurda, pues el balón pegó en el poste izquierdo de Mario Santilli, portero ñuense y se metió adentro, todo terminó para los visitantes.
De ahí en más el monopolio del balón lo tuvo el Gumarelo, que hizo lo que quiso y marcó la pauta dentro del campo de juego.
Robert Piris casi se vuelve loco en el medio, pues solo tuvo el trabajo de marcar en esa zona donde más gente tenía Libertad.
Ismael Benegas, con un golpe de cabeza, aumentó la diferencia para los albinegros.
Uno tras otro. A la vuelta del vestuario, Rubio Ñu en nada mejoró. Mientras Libertad quería más goles. Emergió la figura de Jorge Recalde, quien definió con clase para el tercero de la tarde.
Un minuto más adelante, Dionicio Pérez dejó atrás al portero Santilli y alargó la diferencia liberteña.
A Grana nada se le puede reprochar, pero sí tendrá que realizar un esfuerzo importante para darle esa identidad futbolística que perdió este Rubio Ñu. Hay una obligación de mejorar, porque de lo contrario tiene asegurado su vuelta a la Intermedia.
Alejandro da Silva marcó el tanto del honor para los ñuenses, solo para los números.
Sin embargo, más tarde apareció Rodrigo López para poner cifras definitivas en el marcador.
En Libertad se notó ese hambre por mostrarse, porque ayer los que estuvieron tienen pocas chances de jugar en la alineación considerada copera. Este triunfo le sirve de estímulo al Gumarelo, que tiene su compromiso por la Sudamericana, este miércoles.