Amarás... al prójimo como a ti mismo. El doctor de la ley respondió acertadamente. Jesús lo confirma: Has respondido bien: haz esto y vivirás. Lo narra el evangelio de la misa.
Es un lejano anticipo de lo que será el mandamiento del Señor. Pero existía la incertidumbre sobre el término «prójimo».
No se sabía a ciencia cierta si se refería a los del propio clan familiar, a los amigos, a quienes pertenecían al pueblo de Dios... Había diversas respuestas. Por eso, el doctor de la ley le pregunta al Señor: ¿y quién es mi prójimo?, ¿con quién debo tener esas muestras de amor y de misericordia?
Jesús responderá con una bellísima parábola, que recogió San Lucas.
Un cristiano no puede desentenderse del bienestar humano y social de tanta gente necesitada, «pero no podemos dejar en un segundo plano, nunca jamás, esa otra preocupación por iluminar las conciencias en el orden de la fe y de la vida religiosa».
El papa Francisco, a propósito del evangelio de hoy, dijo: “El amor cristiano es un amor comprometido que se hace concreto en la vida. En los gestos concretos de misericordia del buen samaritano reconocemos el modo de actuar de Dios, que se ha revelado en la historia por medio de acciones marcadas por la compasión.
Él no ignora nuestros dolores y sabe cuánto necesitamos de su ayuda y consuelo, se hace cercano y no nos abandona nunca.
El verdadero amor tampoco hace distinciones entre personas, sino que ve a todos como prójimos que necesitan de nuestra ayuda y cercanía. Por lo tanto, si queremos heredar la vida eterna, no podemos ignorar el sufrimiento de los hombres, si lo hiciéramos estaríamos ignorando a Dios. Acojamos la llamada de Jesús a ser buenos samaritanos y a hacernos siervos los unos de los otros, como Él nos ha enseñado”.
(Frases extractadas del libro Hablar con Dios de Francisco Fernández Carvajal y http://mvcweb.org/papa-francisco/20160427-catequesis-la-compasion-es-una-caracteristica-esencial-de-la-misericordia-de-dios/)