El bolívar, la moneda venezolana, se devalúa aceleradamente ante un dólar cada vez más escaso en una economía arrasada por la recesión e inflación y que ya carece de 80% de los alimentos básicos.
Según analistas, la devaluación del 150% en los tres últimos meses responde a una estrategia gubernamental para ajustar la tasa de cambio a la realidad, con un impacto inflacionario.
La escasez de medicinas y alimentos lleva a muchos a buscarlos en otros países pero conseguir las divisas –que monopoliza el Gobierno socialista– es un calvario.
“Hice la solicitud hace un mes por 300 dólares para que mi hija los reciba en Panamá. Ella está trabajando allá y los necesito para que me compre una medicina para la tensión”, comentó Ribas a la AFP.
Pero Manuel Guevara, empleado de atención al cliente de una casa de cambios –intermediaria ante el Gobierno– le dice que tendrá que esperar al menos dos meses más. Para entonces, nadie sabe cuánto más podrá costar el dolar.
El férreo control de cambios vigente en Venezuela desde 2003 redujo al mínimo el acceso a divisas para personas y empresas, lo que se agrava por el desplome del ingreso petrolero.
En febrero pasado, el presidente Nicolás Maduro lanzó el Dicom (Tipo de Cambio Complementario) a una tasa flotante de 202,94 bolívares por dólar.
Tres meses después, la tasa aumentó hasta 511,62 bolívares por dólar.
Esta tasa convive con otra de 10 bolívares por dólar, llamada Dipro y reservada para la importación de materias primas industriales, alimentos y medicinas fuertemente subsidiados.
El Gobierno asigna 8% de las divisas para el Dicom y el 92% al Dipro. En el mercado negro, en tanto, cada dólar cuesta algo más de 1.000 bolívares. afp