Se anunciaba un partido de las características que vivimos ayer en Sajonia. Con mucha entrega y ráfagas de buen fútbol en los dos sectores. En la primera parte y hasta el único tanto del partido fue Cerro levemente superior al equipo decano.
La velocidad de Sergio Díaz en ataque causó molestias a la última línea franjeada. Fue el Chico quien luego de una mágica jugada personal sacó a pasear a Rolón y provocó a Candia, quien cometió la pena máxima. Fabbro cambió por gol el penal pasando los veinte minutos del partido. Desde ese momento se produjo el quiebre del partido.
Dominio. El tanto en contra provocó una reacción del equipo franjeado que se adueñó en su totalidad de las riendas del partido. Cerro fue avasallado en todas sus líneas y Astrada fue obligado a modificar su estrategia. Las réplicas fueron únicamente con pelotas largas y de contragolpe.
Faltó el gol. En el fútbol no hay justicia, nunca la hubo y sabemos que nunca la habrá. El ganador es el más guapo, el que golpea y también se defiende. Ese equipo fue Cerro.
Afirmamos eso porque en la complementaria fue todo de Olimpia. El equipo franjeado hizo todos los méritos para llegar a la paridad e incluso ganarlo, pero ninguna situación aconteció. Barreto estuvo en su tarde y la defensa con Valdez y Alonso estuvieron como nunca concentrados, sacaron todo.
El cuadro de Nery Pumpido tuvo su mejor partido en lo que va del año, sí, y a pesar del resultado debemos reconocer que fue ampliamente superior a su tradicional rival. A Olimpia solo le faltó el gol.
El final del partido dejó muchas interrogantes. Un encuentro apasionante como significan ambas camisetas. El público en las gradas también fue protagonista, cada quien a su estilo, pero los colores estuvieron acordes al clásico.
En el sector de Olimpia se sintió la aprobación del público que, a pesar de la derrota, reconoció la entrega de sus futbolistas, en conferencia también se lo sintió satisfecho al DT. En campamento de Cerro se mostraron felices por ganar, pero reconocieron que no estuvieron al nivel acostumbrado. Astrada, a pesar de ganar su partido, dejó en dudas su continuidad.