29 mar. 2024

El 2016 en ruta de ser el segundo año más violento de la historia salvadoreña

San Salvador, 26 oct (EFE).- Hasta mediados de este octubre, El Salvador registró una baja del 17,5 % de homicidios respecto a 2015, lo que el Gobierno atribuye a su política de seguridad de choque, pero la tendencia apunta a que solo alcanzará para colocar al 2016 como el segundo año más violento de su historia reciente.

El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. EFE/Archivo

El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén. EFE/Archivo

Los primeros meses del 2016 tenían cara de Mr. Hyde para El Salvador: entre enero y febrero los asesinatos se incrementaron un 117,6 %, respecto al mismo lapso del 2015, el más violento desde 1999 y que cerró con 6.657 homicidios.

Para el 6 de marzo la cifra estaba un 113,5 % por encima que en la misma fecha de 2015, y tres días antes fue perpetrada por pandillas la segunda masacre con más de 10 víctimas desde 2010.

Este suceso encendió las alarmas y el Gobierno habló de estado de sitio, toque de queda, declaración de emergencia, incluso de armar a la población.

“No queda otro camino” para combatir a las pandillas que la “guerra”, y en este Gobierno “no hay espacio para diálogo” o para “treguas”, dijo el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el 7 de marzo pasado.

En abril, el país recrudeció el régimen en las cárceles que albergan pandilleros, trató de cortar toda comunicación de las prisiones con el exterior, sacó más soldados a las calles y creó una unidad elite de 1.000 elementos para perseguir a columnas armadas de “mareros” en la zona rural.

El Gobierno apostó todas sus fichas a las “medidas extraordinarias” y el Congreso le dio 152 millones para armar a sus huestes y sellar las cárceles.

Concluido el primer semestre del 2016 y con varios meses de “medidas extraordinarias” sobre los lomos, el país acumuló 3.023 muertes violentas, todavía un 5,8 % superior a las 2.874 del 2015.

No fue hasta el 9 de agosto que registró la primera disminución en los asesinatos desde 2014.

A partir de esa fecha los datos siguieron disminuyendo hasta llegar al 19 de octubre, cuando se alcanzaba la cifra de 4.431 personas asesinadas, un 17,5 % menos que las 5.363 muertes violentas del mismo lapso de 2015.

El promedio de asesinatos en estos 293 días se situó en 15,12 y, de continuar esta tendencia, el 2016 podría cerrar con aproximadamente 5.535 muertes violentas. Una cifra de cerca de 100 asesinatos mayor a la prometida recientemente por el director de la Policía, Howard Cotto.

Pero esta baja solo podría alcanzar para que el 2016 se lleve el título del segundo año más violento de la historia reciente salvadoreña. Desde 1999, ningún año, exceptuando al 2015, ha alcanzado los 5.000 asesinatos.

Empero, entre la ola de asesinatos y las medidas de choque gubernamentales han desnudado otros tipos de violencia: el desplazamiento forzado, la brutalidad policial, las ejecuciones extrajudiciales y la muerte de pandilleros en combates con los cuerpos de seguridad.

Trece organizaciones de la sociedad civil que abordan el problema del desplazamiento registraron entre 2014 y agosto pasado un total de 234 casos con 1.019 víctimas, pero el Gobierno no reconoce oficialmente el fenómeno y sostiene que es un problema “puntual” y dice que: “tampoco estamos en Afganistán”.

Estos hechos son atribuidos principalmente a la violencia de las pandillas, pero un estudio de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos da cuenta de que el 6,7 % de los éxodos de familias, computados entre el 2014 y el primer trimestre del 2016, fueron generados por “amenazas o acoso” de la Policía.

Por otra parte, en los primeros 5 meses del 2016 más de 500 soldados y policías fueron procesados judicialmente, principalmente por acusaciones de amenazas, lesiones y homicidio; la cifra desde 2014 supera los 3.000 agentes.

Este año han sido arrestados 11 policías por supuestamente pertenecer a grupos de exterminio o de sicarios pandilleros, 6 por ejecutar a un joven después de un tiroteo y 5 por intentar asesinar a 2 jóvenes, presuntos pandilleros.

La Procuraduría de Derechos Humanos (PDDH) investiga al menos 161 homicidios atribuidos a grupos de exterminio y 119 que pueden ser ejecuciones extrajudiciales ocurridos entre 2013 y 2016.

Finalmente, el número de pandilleros muertos en refriegas con la Policía y el Ejército se incrementaron en más de un 9.800 % en el primer semestre del 2016, en comparación con el mismo lapso del 2011.

Según las cifras policiales, entre enero y junio de 2011 los miembros de pandillas caídos en reyertas con las autoridades fueron 3, mientras que en el mismo lapso de 2016 la cifra escaló hasta los 298, un 9.833 % superior.

“Si este no es el camino correcto en este momento, en esta etapa, en esta coyuntura ¿cuál es?: este es el camino correcto”, sentenció el vicepresidente Salvadoreño, Óscar Ortiz, recientemente.

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