Las discusiones arrancaron hoy en Ginebra y, a priori, los textos serán votados el viernes por los miembros de este órgano, que en los últimos años ha condenado en varias ocasiones las políticas israelíes.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, defendió en un comunicado que esas críticas continuadas a Israel y no a otras naciones “desacreditan” al Consejo de Derechos Humanos y permiten a ciertos países “distraer de sus propios abusos” alentando una “propaganda antiisraelí”.
Haley animó a otros Gobiernos a no participar en los debates y a votar en contra de las “indignantes” y “parciales” resoluciones contra Israel.
La representante estadounidense criticó con dureza que Israel figure permanentemente en la agenda del Consejo de DD.HH. y que no lo haga la situación en lugares como Siria, Irán o Corea del Norte.
Desde su nombramiento este año, Haley ha insistido en varias ocasiones en que en Naciones Unidas hay prejuicios contra Israel y ha dicho que EE.UU. no va a permitir que se ataque a su socio.
Israel, por su parte, también criticó hoy los debates en el Consejo de Derechos Humanos desde Nueva York.
“Ha llegado el momento de acabar con esta vergonzoso, e incluso embarazoso, capítulo en la historia de la ONU. Los miembros del Consejo deben poner fin a este sesgo en este absurdo órgano”, dijo su embajador ante Naciones Unidas, Danny Danon.
