Hoy se cumplen dos años de que el suboficial segundo de policía Edelio Morínigo Florenciano, del puesto policial de Arroyito, Concepción, fue capturado por miembros del grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), el día 5 de julio de 2014, cuando participaba de una expedición de cacería junto a otras personas en un monte cercano a su comunidad.
Edelio cumple 732 días en manos de los delincuentes, junto con el colono menonita Abrahán Fehr, poblador de la colonia Manitoba, San Pedro, quien lleva 333 días de haber sido secuestrado.
Ambos constituyen símbolos vivos de la inseguridad que reina en la zona Norte del país, y sobre todo de la absoluta incapacidad de las organizaciones del Estado –especialmente el Poder Ejecutivo, pero también tienen su responsabilidad el Legislativo y el Judicial–, de impedir que ciudadanos sean privados ilegalmente de su libertad y sean mantenidos en cautiverio por largos periodos.
Los dos años de ausencia forzada de Edelio y los casi un año de Abrahán, además de ser un motivo de gran dolor para sus familiares, confirman que hasta ahora el Estado paraguayo sigue perdiendo la guerra contra los grupos criminales –como el EPP y la Agrupación Campesina Armada (ACA), que actúan en la región Norte–, como contra las bandas del narcotráfico y del crimen organizado, que en las últimas semanas también generaron una oleada de terror con atentados y asesinatos realizados con el uso de armas de guerra.
El fracaso gubernamental es aún más sensible cuando se consideran las altas sumas de dinero que se destinan desde el Presupuesto General de la Nación a las operaciones de la Fuerza de Tarea Conjunta, formada por militares y policías, presuntamente para capturar a los miembros de los grupos armados al margen de la ley, pero que hasta ahora no ha producido efectos considerables en ese sentido. Por el contrario, han aumentado las denuncias sobre violaciones de derechos humanos cometidos por miembros de la FCT contra pobladores de la región.
Otra cuestión llamativa es que el cautiverio de Edelio y Abrahán no ha tenido el mismo impacto en la sociedad civil, como sí lo han tenido casos de anteriores personas secuestradas, motivando grandes movilizaciones en reclamo de su liberación. Esta poca presión social tal vez colabore para que el Gobierno no se muestre muy preocupado por la suerte de ambos secuestrados.
Por ello no hay que olvidar a ambas víctimas. En la portada impresa de Última Hora seguimos publicando diariamente un calendario que va contando los días de cautiverio de Edelio y Abrahán, buscando mantenerlos en la memoria ciudadana, porque mientras el Estado siga cediendo parte del territorio ante los delincuentes está dando un mensaje muy negativo para quienes buscan invertir y trabajar por el desarrollo del país.