19 mar. 2024

Edelio: 200 días como “prisionero de guerra” del EPP

VIDEO. No se pide rescate por él, sino “canje de prisioneros”. Sus familiares reclaman que no se lo tiene muy en cuenta, “por ser policía y ser pobre”. Esta es la historia de cómo Edelio Morínigo acabó capturado en manos del grupo armado, cumpliendo 200 días de cautiverio este martes 20. ¿Fue el error de una cacería imprudente, o realmente un operativo de inteligencia que acabó mal?

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Edelio está por cumplir dos años en manos del EPP. Foto: Archivo

Por Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

“Rohota romariska... (Nos vamos de cacería)”, le dijo a su esposa, Elisa Mabel Ledesma, en la mañana de ese sábado 5 de julio de 2014, cuando empezó a juntarse con un grupo de amigos y parientes del Asentamiento Núcleo 3, de Arroyito, con algunos rifles y escopetas, termos de agua y provisiones.

Además de Edelio Morínigo Florenciano (26), suboficial segundo de la Policía Nacional, miembro del Puesto Policial N° 7 de su propia comunidad, en donde ya llevaba dos años de servicio tras haber egresado de la Academia de Policía, integraban el grupo expedicionario otras siete personas, todas del sexo masculino, incluyendo a un menor de edad.

Los demás miembros del grupo de “cazadores” o “mariscadores” eran: Santiago Ledesma Colmán (su cuñado, hermano de su esposa Elisa Ledesma), Arnaldo Díaz, Ramón Froilán Mendoza, Ignacio Acosta, Leonardo Acosta, Raimundo Trinidad, Pascual Ledesma y el menor de edad A.M.

La singular expedición se puso en marcha alrededor de las 11.30 de la mañana, a bordo de una camioneta, en la que se trasladaron hasta el lugar conocido como Calle 24, a la altura del Kilómetro 95, en el predio de la Estancia Macchi Cue, entre Horqueta e Yby Yaú, donde dejaron el vehículo y se internaron en una zona densamente boscosa.

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A varios vecinos les llamó la atención que siendo Morínigo un policía experimentado, que además participaba frecuentemente en las operaciones de las Fuerzas de Tarea Conjunta contra el grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo, cometiera la “imprudencia” de llevar a sus amigos a una expedición de cacería, justamente en la zona boscosa donde –según todos saben- es el territorio en donde más operan los miembros del EPP.

Otra versión (que coincide con la que luego también brindó el EPP en un comunicado) apunta a que Morínigo había armado la presunta expedición de cacería solo como una coartada, y que en realidad había sido enviado por sus superiores en una operación de inteligencia, buscando detectar el lugar en que se encontraba el campamento del grupo armado, con el objetivo de ayudar a un posible plan de rescate del joven Arlan Fick, quien permanecía secuestrado por la banda desde el 2 de abril de 2014.

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El encuentro con el grupo armado.

Como era previsible, el grupo de “cazadores” se encontró con los miembros del grupo armado a apenas una hora de haber ingresado en el intrincado bosque.

Según el relato de los propios protagonistas, alrededor de las 14.00 de ese sábado 5 de julio, fueron sorpresivamente rodeados por varios hombres y mujeres con armas, todos vestidos con uniforme de combate y las insignias del EPP.

Los datos indican que en el grupo se encontraban los principales líderes: Osvaldo Villalba (comandante Javier), Manuel Cristaldo Mieres (comandante Santiago), Magna María Meza (Leti), Liliana Villalba (Anahí), Alejandro Ramos (J.), entre otros.

“Los tuvieron de rehenes desde las 14.00 hasta las 18.00 de ese sábado”, relataría luego Obdulia Florenciano, la mamá de Edelio, en una entrevista exclusiva con la revista TVO.

“Tampoco los ataron, pero los mantenían encañonados. Ellos contaron que los sentaron en el suelo y les hablaron mucho de su ideología y de los motivos por los que hacen lo que hacen”, agregó.

En principio, Edelio y sus amigos no fueron llevados hasta ningún campamento, sino que fueron retenidos en un claro del monte.

“Los amigos de mi hijo pudieron ver a tres mujeres entre ellos. También nos contaron que hay varios menores en el grupo. En un momento dado, dicen que vieron a mucha gente, pero después solo quedaron tres con ellos”, narra Obdulia.

Un detalle muy significativo que la mamá de Edelio relata es que los amigos que acompañaron al policía aseguraron en un primer momento haber visto en el grupo de los que formaban parte del EPP al joven Arlan Fick, quien entonces permanecía secuestrado (y que fue liberado el 25 de diciembre último, el día de Navidad).

“Esos señores nos dijeron a nosotros que le vieron a ese chico, pero luego, frente a los fiscales, negaron todo”, asegura la mujer.

El detalle que conspiró en contra de Edelio es que hallaron en su poder el arma reglamentaria de la Policía, su pistola calibre 9 milímetros, además de su credencial policial en la billetera. Expertos en seguridad indican que, si realmente el agente buscaba realizar una tarea simulada como cazador, no debería haber llevado ni su arma, ni su credencial de policía.

Luego de casi cuatro horas de preguntas y “adoctrinamiento”, los integrantes del EPP decidieron liberar a los siete acompañantes de Edelio, pero explicaron que iban a dejar retenido al policía.

“Les dijeron a los muchachos: este se va a quedar con nosotros, para hablar un poco más. Ellos (sus compañeros) pidieron por favor que no le hagan nada a Edelio y los del EPP prometieron que lo iban a soltar otra vez, pero luego no pasó nada”, cuenta Obdulia de Morínigo.

Posteriormente, en un comunicado de dos páginas, fechado el 29 de setiembre 2014, con logotipo del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), encontrado en varias copias cerca de la vivienda de sus padres, en Arroyito, los dirigentes del grupo armado sostuvieron que “el policía Edelio Morínigo estaba haciendo trabajo de inteligencia, tratando de ubicar nuestro campamento, para que luego el enemigo despliegue toda su fuerza sobre nosotros. Para su cobertura le usó a civiles y a un niño, que se quisieron hacer pasar por cazadores”.

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Versiones distintas, liberación pendiente.

Edelio Morínigo tiene 26 años y es uno de los 12 hijos del matrimonio de Apolonio Morínigo y Obdulia Florenciano, una pareja de agricultores campesinos humildes en Arroyito.

Su padre recuerda que, desde niño, soñaba con ser policía y que ellos se oponían, porque deseaban que se quede a ayudarlos en la chacra.

Finalmente, con mucho sacrificio, pudieron reunir el dinero para enviarlo a estudiar a Asunción, a la Academia de Policía, carrera que estuvo a punto de truncarse varias veces, por falta de recursos.

Cuando Edelio se incorporó a las filas policiales, pidió a sus superiores que lo trasladen a servir en su comunidad. Luego de insistir mucho, pudo incorporarse al plantel de la Comisaría 7ª de Arroyito, donde ya llevaba dos años de servicio.

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Edelio se casó con su novia Elisa Mabel Ledesma, con quien estaban edificando una casita en el mismo terreno de los padres del policía, en cuya construcción trabajaba en sus horas libres.

Por ser un profundo conocedor de la región y reconocido por los pobladores, los responsables de las tareas operativas de la Fuerza de Tarea Conjunta le pedían constantemente a Edelio su ayuda en las incursiones en búsqueda de los miembros del EPP, lo cual pudo haber incidido en que aceptara incursionar en los montes, haciéndose pasar por cazador.

“Un efectivo policial está desaparecido desde el sábado tras ingresar al monte para realizar cacería en la zona de Arroyito, distrito de Horqueta, departamento de Concepción. El lugar es zona de influencia del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)”, decía la primera información, publicada el lunes 7 de julio, en el portal web de ULTIMAHORA.COM, en un despacho del corresponsal en Concepción, Justiniano Riveros.

En la información editada al día siguiente, martes 8, en la versión impresa, ya se aseguraba que los testigos (es decir, los ex compañeros de cacería de Morínigo), confirmaron que “fueron miembros del EPP los que capturaron al policía”.

Desde entonces, se manejaron distintas versiones sobre la captura. En principio, el propio ministro del Interior, Francisco De Vargas, no descartó la versión de que el policía se pueda haber entregado voluntariamente, para unirse al grupo armado.

Recién en el pronunciamiento dado a conocer el 29 de setiembre, el EPP admitió que tenía a Morínigo en su poder como “prisionero de guerra”, y planteaba canjearlo por miembros del grupo armado, que están detenidos y procesados por diversos delitos.

“Canjearemos al suboficial Edelio Morínigo. Le damos al Gobierno un plazo de ocho días para que liberen a media docena de epepistas prisioneros políticos del Gobierno. Al cumplirse el plazo y no liberan a nuestros camaradas, procederemos a ejecutar al prisionero. El plazo vence el 14 de octubre de 2014", expresaba el comunicado.

El Gobierno, a través del ministro De Vargas, respondió que tal “canje de prisioneros” era inaceptable y responsabilizó al grupo armado de la vida del policía capturado.

El 22 de octubre, el EPP hizo llegar un video en el que aparecían el joven Arlan Fick y el policía Edelio Morínigo, ambos mantenidos en un campamento, rodeado de explosivos y de trincheras con armas, con la inscripción “Tevegó – Cárcel del Pueblo” (evocando a la cárcel con el mismo que instaló el dictador Gaspar Rodríguez de Francia, en el Siglo XIX).

Fue la primera prueba de que Edelio, al igual que Arlan, se encontraban bien y ambos pudieron emitir breves mensajes, según un libreto prefijado por el EPP. También era la evidencia de que Morínigo no había sido ejecutado al cumplirse el plazo dado por el grupo.

“Damos una última oportunidad para canjear a seis epepistas prisioneros políticos del gobierno de los ricos, por el suboficial Morínigo, prisionero de guerra del Ejército del Pueblo. El plazo vence el 1 de noviembre de 2014", anunció en el mismo video el dirigente del grupo, Alejandro Ramos.

El 25 de diciembre, el joven Arlan Fick fue finalmente liberado, en medio de gran alegría de sus familiares, que conmovió a todo el país. Arlan relató que hasta un día antes había estado en compañía de Edelio, quien “se encontraba muy bien de salud”. Es decir, tampoco esta vez se había cumplido la amenaza de eliminación, según el segundo plazo dado por el EPP.

Desde entonces, no hubo más noticias de Edelio.

Sus familiares reclaman que ni la prensa le da el suficiente destaque a su caso, como sí se lo han dado a Arlan y a otros anteriores secuestrados, ni tampoco existe suficiente movilización y presión de parte de la ciudadanía.

“Porque somos pobres, no salimos en la tele. Cuando Arlan estaba secuestrado todos los días se acordaban de él, siempre hablaban de él. De mi hijo, casi no se acuerdan, seguramente porque es policía y es de una familia humilde”, reclama la mamá de Edelio, doña Obdulia, quien esta semana pide entrevistarse con el presidente de la República, Horacio Cartes, para reclamar mayores acciones que logren la liberación de su hijo.

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En el calendario contador que cotidianamente publica en su portada el diario Última Hora –como lo hizo durante todo el secuestro de Arlan-, este martes 20 de enero se lee: “Libertad para Edelio – 200 días de cautiverio”.

¿Hasta cuándo se deshojarán las hojas de este calendario...?

EPP
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