El canciller reiteró la “absoluta disposición para hacer lo que ellos necesiten para avanzar en los diálogos de paz”.
“Si es necesario que nosotros ofrezcamos las facilidades para que en nuestro territorio se hagan algunas conversaciones, con mucho gusto”, indicó Patiño en el canal público Ecuador TV.
El titular de la diplomacia ecuatoriana, que el pasado lunes se reunió en Guayaquil con su colega de Colombia, María Ángela Holguín, comentó que el Gobierno de Juan Manuel Santos ha indicado que las conversaciones con las FARC y el ELN “van en buenos términos”, lo que calificó Patiño de una “excelente noticia”.
Apuntó que la paz en Colombia es la paz para América.
El pasado 10 de junio, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, reveló que ha habido conversaciones iniciales de paz en territorio ecuatoriano entre el Gobierno colombiano y el ELN y se mostró dispuesto a que su país siga acogiendo dicho diálogo.
“Nosotros estamos dispuestos a dar todas las facilidades, a dar todo nuestro aporte para continuar esos diálogos”, declaró entonces Correa en un encuentro con periodistas en Guayaquil (suroeste).
Explicó que unos dos meses antes “por obvias razones de manera extremadamente confidencial, se realizaron en Ecuador conversaciones entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se realizaron en Imbabura” (norte).
Correa hizo esas declaraciones después de que ese mismo día Santos hablara del inicio de unas “conversaciones exploratorias” para un diálogo de paz con el ELN, la segunda guerrilla del país.
Quito y Bogotá mantienen ahora buenas relaciones una vez superado el distanciamiento ocurrido en 2008 a raíz de una incursión del Ejército colombiano en el norte del territorio ecuatoriano, en la zona de Angostura.
En dicho lugar, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -que desde 2012 adelantan negociaciones de paz con el Gobierno colombiano en Cuba- habían instalado un campamento de forma clandestina.
En la operación militar, efectuada sin aviso ni permiso de Ecuador y ocurrida el 1 de marzo de 2008, fallecieron unas 26 personas, entre ellas el entonces número dos de las FARC, alias “Raúl Reyes”, el ecuatoriano Franklin Aisalla y cuatro universitarios mexicanos.
