RESPUESTAS Y COMENTARIOS: Otra vez surge el tema de no haber tocado tal o cual aspecto relacionado con una pregunta. Eso no es intención de ocultar nada ni de proteger a nadie. Son simplemente razones de espacio. Por ejemplo, la clandestinidad, los delitos económicos y los de lesa humanidad, relacionados con la economía en negro, fueron abordados específicamente en la columna del pasado domingo 16 de abril en este mismo diario. Obviamente, allí tampoco se pudo agotar el tema. Eso da para un sinnúmero de columnas, entrevistas, clases, cursos y seminarios.
A propósito de la economía en negro, en la publicación mencionada con motivo de la respuesta a su pregunta en la columna anterior, a saber “La OCDE pide a Latinoamérica que haga pagar más impuestos a las clases altas”, puede leerse un interesante abordaje sobre la economía no registrada: http://internacional .elpais.com/internacional/2017/03/23/america/1490298535_299964.html
ECONOMÍA EN NEGRO EN AMÉRICA LATINA. “La extendida economía en negro es otro de los factores que deben combatir los gobiernos latinoamericanos para reforzar las arcas públicas y contar con recursos suficientes… a fin de aplicar políticas de desarrollo en áreas como educación, salud e infraestructura. Hoy en día, 55 de cada 100 trabajadores latinoamericanos tienen un empleo en negro. La informalidad no afecta solo a los ciudadanos de menores ingresos, ‘sino también a la clase media emergente’ y ‘supone que menos empresas paguen impuestos sobre sus utilidades’, afirma Melguizo. Por ello, un componente esencial para una mejor política fiscal es su reducción, aumentando el número de contribuyentes (trabajadores y empresas), y de las bases (ingresos declarados)”, continúa.
EN PARAGUAY. La economía en negro tiene que ver primero con la clandestinidad o por razones propias de un modo de producción determinado o por el mismo estilo de vida de los segmentos poblacionales involucrados en ella. No es necesariamente una economía ilegal, en el sentido estricto del término, sino simplemente actividad no registrada.
Pero también están los delitos económicos, definidos como aquellos con los que se violan las normas vigentes en lo relacionado con la actividad de las personas físicas y jurídicas, tanto en términos de comercio exterior (intercambio ilegal de mercaderías de comercialización permitida como aquellas otras expresamente prohibidas: contrabando de armas, estupefacientes, rollos de madera, pieles silvestres, medicamentos de plazos vencidos, productos pirateados o falsificados y similares) como de transacciones financieras, locales e internacionales y así también otras, tales como la evasión tributaria y otras estafas al erario público.
A todo eso hay que agregar la tortura, los secuestros y los asesinatos con fines de lavado de dinero o por actividades mafiosas, algunas de ellas ya vinculadas al terrorismo. El neologismo de narcoterrorismo no es una mera invención literaria, sino de lacerante realidad, también en nuestro país.
Dr. Ricardo Rodríguez Silvero