La amenaza se produce después de que expertos de la ONU exigieran al Gobierno de Manila que pusiera freno a sus métodos expeditivos contra el narcotráfico, que han costado la vida a un millar de personas desde que Duterte fuera elegido presidente en mayo pasado.
Tras considerar que las críticas de esos especialistas son “estúpidas”, Duterte calificó a Naciones Unidas de “inútil”.
Advirtió que, “si la ONU dice una cosa mala sobre mi yo puedo decir diez cosas malas sobre la ONU”, y mencionó el “fracaso” de la organización en la lucha contra el hambre y el terrorismo.
“Quizá decida separarnos de Naciones Unidas”, manifestó el presidente filipino, que adelantó que en ese caso convocaría a China y a los países africanos para crear otro organismo de carácter global.
Duterte ganó popularidad tras convertirse en 1988 en alcalde de Davao, en la sureña isla de Mindanao y donde fue regidor durante 22 años en distintos periodos en los que se caracterizó por su defensa a ultranza de las ejecuciones extrajudiciales de delincuentes.
El presidente filipino, que ha anunciado la restauración de la pena de muerte, se ha comprometido en acabar con el narcotráfico en seis meses, de acuerdo con una promesa que hizo durante la campaña que le permitió ganar las últimas elecciones por amplia mayoría.
