19 abr. 2024

Don Celé, con sus 90 años, sueña con servir a Francisco

Don Celestino Maldonado dijo que quiere servir al Papa y a la ciudadanía, pero no pudo inscribirse, por la edad.

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Enérgico. Tío Celé afirma estar en condiciones para servir al papa Francisco, pero no pudo inscribirse como postulante.

“Usted sabe que a mi edad quisiera hacer algo como buen católico que soy; quiero agradecerle con mi presencia al papa Francisco su visita al Paraguay”, manifestó ayer un enérgico don Celestino (Tío Celé) Maldonado, quien a sus 90 años tiene la vitalidad que envidiaría cualquier joven, pues desea de todo corazón servir a la ciudadanía en uno de los tres grandes encuentros con el Sumo Pontífice.

Este señor es uno de los tantos adultos mayores que aseguran estar bien que con la ayuda de algún nieto o hijo quiso inscribirse en la página web habilitada para la convocatoria de servidores, pero se encontraron con un obstáculo: solo pueden inscribirse los nacidos desde 1940.

Don Celestino es muy activo, sano y tiene mucho que ofrecer, según su sobrina Gloria Torrás, quien subió una foto de su tío a su cuenta de Facebook para que sus contactos compartan y lo ayuden a cumplir el sueño de servir.

“Me dijo: yo también quiero participar, también me quiero inscribir...”, relata Gloria y eso intentaron hacer, pero el tío nació en el 1925 y el sistema no le permite postularse.

“Soy una persona de mucha edad, pero mantengo siempre el sentido muy juvenil en toda mi vida; yo no presento ninguna dejadez y estoy todavía intacto”, advierte Celestino al tiempo de instar a los jóvenes a sumarse, pues está al tanto de todo lo referente a la visita del Papa porque lee todos los días los periódicos después de hacer su rutina de caminata. “Él se cuida mucho e incluso ayuda hacer cosas en la casa, dice la sobrina.

Pedido. Gloria pide a la comisión de visita del papa Francisco que tenga en cuenta a los adultos que pasan la edad de 60 años, atendiendo a que muchos tienen las ganas y las condiciones físicas de servir; obviamente que la tarea asignada debe ser diferenciada al de los jóvenes, porque no podrán estar parados por muchos tiempo.

“Yo le dije a tío que por lo menos puede ir ayudar a las personas que no tienen capacidad motriz que él tiene. Me imagino que habrá un lugar preparado para los adultos mayores, para quienes también quiere servir”, comentó Torrás.

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