Según informaron fuentes sindicales, a primera hora de la mañana la movilización recibía un respaldo del 95 % y dejaba a 9 millones de alumnos sin clases en toda Argentina, tanto en escuelas primarias como secundarias, terciarias e instituciones universitarias, tanto públicas como privadas.
“El fuerte impacto de la convocatoria muestra la disconformidad de todos los docentes ante la situación de precariedad en la que estamos trabajando”, explicó a Efe Sergio Romero, secretario general de la Unión Docentes Argentinos (UDA), uno de los principales gremios del sector.
Para Romero, la jornada de hoy tiene como objetivo denunciar que Argentina “está sumida en una crisis educativa” que el actual Ministerio de Educación, que dirige Esteban Bullrich, “no está sabiendo manejar”.
“Más de dos millones de docentes estamos reaccionando a salarios por debajo de la línea de pobreza: en muchas provincias no sobrepasan los 8.500 pesos (unos 550 dólares)”, detalló el sindicalista, quien denunció también que las infraestructuras son precarias y acusó al Ejecutivo de incumplir las actualizaciones de sueldo pactadas.
Según entiende Romero, para solucionar esta situación se necesita una “fuerte presencia del Gobierno y del Estado”, aunque opina que el titular de Educación se encuentra “confundido y sin un programa que permita salir de esta crisis”.
Romero aseguró que ya se han reunido con diputados y senadores nacionales para llevar al Parlamento propuestas que permitan incrementar la inversión en educación, que ahora mismo representa un 6 % del producto interior bruto (PIB) argentino, una cifra que consideró “insuficiente”.
“Vamos a trabajar para que de cara a los próximos años tengamos una inversión del 10 %" del PIB, insistió el líder sindical, al tiempo que anunció más movilizaciones para septiembre.