“Ella va”, dijo escuetamente este miércoles a la AFP un portavoz de la mandataria, que está suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo.
El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, que conducirá el proceso, detalló que Rousseff podrá comparecer ante el Senado el 29 de agosto, cuatro días después de iniciada la fase final del impeachment, que se estima durará cinco días como máximo.
El presidente del Senado, Renan Calheiros, anticipó el miércoles en la mañana que la votación podría realizarse al día siguiente de la presentación de Rousseff.
Acusada de haber violado la Constitución al autorizar gastos a espaldas del Congreso, el mandato de Rousseff tambalea. Derrotada holgadamente en todas las votaciones desde que fue aceptado el proceso de destitución el 2 de diciembre del 2015, existe un amplio consenso entre los senadores de que no conseguirá salvar su cargo.
Consultada por el diario Folha de São Paulo acerca de si no temía actitudes agresivas de los senadores, Rousseff dijo: “Nunca tuve miedo de eso. Aguanté tensiones bien mayores en mi vida. Es un ejercicio de democracia”.
El martes, Rousseff, una economista que luchó contra la dictadura, fue encarcelada y torturada cuando militaba en una guerrilla marxista, hizo un agónico llamado al Senado en una carta abierta para que ponga fin al impeachment en nombre de la democracia y afirmó ser “inocente” de los cargos.
Sumergida en la impopularidad, es responsabilizada de la recesión económica que vive Brasil, la peor desde los años 30 si se corroboran las proyecciones oficiales, y la inestabilidad política que sumió al país en la incertidumbre.
El Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), fundado por Luiz Inácio Lula da Silva y en el que milita Rousseff fue golpeado de lleno por acusaciones de corrupción derivadas de un monumental fraude a la estatal Petrobras.
investigación por obstrucción. Poco después de que Rousseff divulgara su carta, la Corte suprema de Justicia aceptó abrir la primera investigación formal sobre la mandataria para dilucidar si intentó obstaculizar la investigación de Petrobras, que tiene en la mira a Lula y llevó a prisión al tesorero del PT, a varios directivos de la petrolera y a empresarios de las mayores constructoras de Brasil.
Según la cadena de televisión GloboNews, la decisión del juez Teori Zavascki autoriza al fiscal general Rodrigo Janot a buscar evidencia adicional de que Rousseff trató de nombrar a Lula en un cargo en el gabinete para ayudarlo a evitar un proceso judicial.
En junio, Zavascki prohibió el uso de algunas escuchas telefónicas en las que se oía a Rousseff y Lula negociando la designación al gabinete.
El canal de noticias, que no mencionó como obtuvo la información, también dijo que Zavascki autorizó la apertura de investigaciones independientes a Aloízio Mercadante y José Eduardo Cardozo, dos ex ministros de Rousseff, por acusaciones similares.
En un comunicado, el personal de prensa de Rousseff negó cualquier intento por obstruir a la justicia, agregando que la investigación permitirá “que la verdad prevalezca”. afp-reuters