Tras las declaraciones de la presidenta brasileña queda aparentemente sentado que no dejará de luchar contra su destitución si el Senado la retira del cargo de mandataria.
“Yo apelaría a la cláusula democrática si existe, desde ahora en adelante, una ruptura de lo que considero el proceso democrático”, dijo Rousseff este viernes.
Según Rousseff, tal proceso de juicio político contempla “todas las características de un golpe de Estado” debido a que carece de fundamento legal, refirió la actual presidenta del Brasil.
“El Mercosur tiene una cláusula democrática que puede ser activada cuando un gobierno electo es derrocado en cualquiera de sus estados miembro, como ocurrió con Paraguay en el 2012. Una violación de la cláusula resulta en la suspensión de las reuniones y también puede llevar a que el país pierda sus beneficios comerciales”, informó Reuters.
La misma fuente asegura que los partidarios de Dilma consideran el intento de removerla por violar las leyes de presupuesto como un “golpe de Estado sin armas”, mientras que sus opositores refieren que el proceso está en línea con las leyes y en base a la propia Constitución.
Este viernes la mandataria adoptó un tono más suave durante su presentación ante Naciones Unidas por la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático, evitando hablar de un “golpe de Estado”, situación que cambió horas después.
“No puedo concluir mis palabras sin mencionar el grave momento que vive actualmente Brasil”, mencionó Rousseff en su presentación. “No tengo ninguna duda de que nuestro pueblo será capaz de evitar cualquier retroceso”, sentenció.
Si existe mayoría en el Senado, Rousseff quedaría suspendida de inmediato de sus funciones y el vicepresidente, Michel Temer debería de asumir presidente en ejercicio.