La detención de Chicharô se produjo en cumplimiento a un pedido de captura que había firmado en su contra el fiscal antidrogas Marcelo Pecci, en el proceso de investigación por lavado de dinero que tiene abierto el agente del Ministerio Público sobre el político pedrojuanino.
Pecci explicó brevemente anoche que la investigación se inició a partir de una serie de bienes, vehículos y operaciones bancarias que estaba haciendo Chicharô y que no están justificadas, por lo que la Fiscalía presume que está disfrazando o simulando el origen del patrimonio, ya que no tiene sustento válido.
Tras su detención, Carlos Sánchez fue trasladado a la base de la Senad, sobre la avenida Fernando de la Mora y De la Victoria, en Asunción.
PERSEGUIDO. Chicharô declaró anoche, tras su detención, que se trata de una persecución política, porque el lunes iba a presentar su movimiento para candidatarse a intendente de Capitán Bado. Dijo que la Senad escucha las 24 horas su teléfono; por eso manejaba que iba a venir hacia Asunción. “Todo esto es un circo montado para detenerme y no pueda candidatarme”, exclamó.
Junto a Chicharô estaba, llamativamente –o ya no tanto– el parlamentario colorado Marcial Lezcano. Ambos nombres fueron ligados al escándalo de la narcopolítica, denominada cuando un narco llega a autoridad política.