Tras detectar el problema, con el encendido manual se consiguió que arranque el trasformador en un lapso de 25 minutos, explicó el doctor Javier Duarte, director del Hospital de Luque.
Teniendo en cuenta que el centro de referencia cuenta con 18 camas de terapia intensiva, el centro médico solicitó la ayuda de los Bomberos Voluntarios para realizar el ambuceo (respirador manual) si tardaban en encontrar el problema.
“Todas las máquinas y respiradores de las terapias intensivas tienen una batería precargada de por lo menos seis horas. En el peor de los casos funciona 120 minutos”, indicó Duarte. El encendido automático se reparó en la madrugada del domingo, según el director.
El inconveniente no afectó a los pacientes de terapia. “No hubo ninguna consecuencia que lamentar”, aseveró.