20 abr. 2024

Derroche africano en nombre del amor

Nairobi, 12 feb (EFE).- ¿Quién dijo que el amor no tiene precio? En nombre del romanticismo, el consumismo más feroz se cuela en todo el planeta, incluso en África, donde crece la demanda de regalos de lujo para decir “te quiero” en San Valentín.

Empleadas cortan rosas en la granja de cultivo de flores Wildfire, cercana a Naivasha, al noroeste de Nairobi (Kenia). EFE/Archivo

Empleadas cortan rosas en la granja de cultivo de flores Wildfire, cercana a Naivasha, al noroeste de Nairobi (Kenia). EFE/Archivo

En muchos países de este continente, la clase alta no se contenta con tener dinero, sino que además alardea de ello a diario con ostentosas muestras de riqueza que rallan lo ridículo como, por ejemplo, coches de lujo que no pueden conducir porque la mayoría de las calles no tienen asfalto.

Este derroche desmesurado también ha conquistado el terreno del amor, donde una élite está dispuesta a gastar cantidades desorbitadas en su nombre. Y, por supuesto, los empresarios del ocio se unen a esta falta de pudor para hacer caja.

Un ejemplo de todo esto es Kenia, país donde el sueldo mínimo ronda los 60 euros mensuales y, paradójicamente, ha crecido la oferta de experiencias de lujo desmedido para el 14 de febrero.

La que más ceros acumula este año es un fin de semana de 5,4 millones de chelines (unos 47.000 euros) en uno de los mejores hoteles de Nairobi.

La experiencia “digna de la realeza”, como anuncia en la propia web, incluye limusina, estancia en la suite presidencial -con alfombra roja incluida-, barra libre de champán, paseo en helicóptero, spa y unas joyas con diamantes valoradas unos 12.000 euros.

El año pasado este mismo hotel fue duramente criticado por ofrecer su suite presidencial por la friolera cantidad de 20.000 euros, mientras que, a escasa distancia, decenas de miles de kenianos sobreviven en barrios marginales con menos de un dólar al día.

Las redes sociales se han hecho eco de esta propuesta que ha despertado la curiosidad de unos y la indignación de otros muchos, que consideran ofensivo este derroche, incluso en nombre del amor.

“Estos 5,4 millones de chelines para San Valentín son una estafa para desviar nuestra atención sobre los verdaderos problemas que nos afectan”, comenta un keniano en Twitter.

Otros, en cambio, creen que simplemente se trata de una exitosa estrategia de marketing, ya que, pese a las críticas, este hotel de cinco estrellas ha conseguido colarse en todos los medios locales del país durante los últimos días.

Lo cierto es que al menos ochos kenianos ya se han puesto en contacto con el hotel para mostrarles su interés por este millonario San Valentín. Aunque, de momento, ninguno de ellos ha pasado por caja.

Este no es un caso aislado en Kenia. En otros rincones del país, como en el humilde condado de Kisumu, se ofrecen otras opciones de para pasar el 14 de febrero al alcance de muy pocos.

Por cerca de 4.400 euros se pueden pasar dos noches en una suite presidencial -con mayordomo incluido-, disfrutar de un yate de lujo en el lago Victoria -con la compañía de un guitarrista privado- y, si se desea, también de un paseo en helicóptero.

Todo lo necesario para pasar una gran noche de amor, parece. Sobre todo para quienes ya tienen demasiados peluches llenos de polvo en sus armarios y piensan que las rosas -Kenia es el principal proveedor de Europa, especialmente en San Valentín- ya han perdido su encanto romántico.

Sin embargo, más allá de la élite africana, muchos otros siguen siendo fieles a la vieja idea de que un bonito detalle es la mayor muestra de amor posible.

Durante los últimos días, los periódicos han sacado varias guías para dar ideas sobre cómo gastar menos en San Valentín, que incluye trucos como preparar una cena en casa para evitar los restaurantes, regalos hechos a mano o aprovechar que este año cae domingo para ir a la iglesia y realizar alguna acción benéfica.

Es precisamente en estas fechas tan consumistas cuando las desigualdades se hacen más evidentes en los países africanos, donde los pobres (aunque enamorados) siguen siendo pobres y los ricos cada vez lo son más y les encarta alardear de ello.

Y para los que les espera un San Valentín solitario, también hay sitio para la magia: los anuncios de magos o hechiceros africanos “dotados con el don de unir a los amantes perdidos” se han multiplicado en los últimos días. Lo importante es hacer caja el 14 de febrero. Como sea.

Jèssica Martorell

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