Los parques nacionales no se tocan. Este es el anuncio de una multinacional petrolera sobre la prospección de petróleo en el parque nacional Defensores del Chaco. Más que tranquilizar, alarma.
Nadie tiene nada en contra de que los empresarios toquen las piedras o los árboles o los yaguareté del Defensores si les gustan; el reparo está a que entren con motosierras, topadoras y explosivos, necesarios para la prospección, presuntamente inocua y respetuosa de la naturaleza.
En The Guardian (Londres), apareció un artículo el pasado viernes, el mismo día en que se publicó el anuncio de la multinacional.
Según el Guardian existen grandes reservas de petróleo en el Defensores.
Casi da igual que las haya o no porque, en ambos casos, van a destruir el parque; más si lo encuentran, porque no hay explotación petrolera sin daño ambiental.
¿El petróleo es progreso? Depende. No lo ha sido en Libia, Irán, Iraq, Siria, Nigeria ni otros países alcanzados por la llamada maldición de los recursos naturales.
Sin un Gobierno eficiente y honesto, el dinero del petróleo termina en cuentas secretas, y la naturaleza se degrada, como se degradaron el delta del Níger y Sucumbios (Ecuador).
En países con mayor tradición institucional, como Inglaterra o Estados Unidos, se ha podido utilizar mejor el petróleo, aunque la British Petroleum (BP) y la Standard Oil hicieron sus barrabasadas. Con todo, el control ha sido mayor: la Standard fue obligada a dividirse para quebrar su monopolio y el Gobierno se convirtió en el principal propietario de la Anglo Iranian, que luego se llamó BP.
El Gobierno paraguayo se encuentra en una situación menos ventajosa frente al poder de una multinacional y encima aprobó la ley de la Alianza Público Privada (APP), que les permite a esas entidades demandarlo en tribunales internacionales. Esta es una forma de defender los intereses empresariales sin tomar en cuenta los de los Gobiernos; entiéndase de la ciudadanía que termina pagando la cuenta.
El Gobierno paraguayo debió pagarle 58 millones de dólares a la empresa SGS a causa de un fallo del Ciadi, el tribunal arbitral con sede en Washington; en justicia, no debía pagárselos. Tratándose de una petrolera, el importe podría ser mucho más alto.
Pero existe algo tanto o más importante que el dinero, y es lo ecológico.
Después de muchas dudas financiadas por las petroleras, se acepta hoy que el cambio climático es un hecho, y que se debe a la acción humana.
Para evitar que ese cambio llegue a extremos desastrosos, el Guardian ha iniciado una campaña internacional con las palabras que dan el título a este artículo: déjenlo en la tierra (keep it in the ground).
Se refiere a una considerable cantidad del petróleo, gas y carbón aún no explotados, que deben dejarse donde están y reemplazarse por formas de energía menos contaminantes.
Una de ellas, y que en el Paraguay sobra, es la energía hidroeléctrica, ¿por qué no usarla racionalmente en vez de seguir con el petróleo?
Digo tratar de seguir, porque no sabemos cómo terminará la aventura chaqueña.
