25 abr. 2024

Defensores con sumario

La Corte Suprema decidió que Guillermo Ferreiro y Vicente Morales sigan sumariados durante el juicio oral y público del caso Marina Cué. Pudo haber sido peor, ya que el sumario contra Ferreiro y Morales puede quitarles la licencia para ejercer la profesión de abogado. Si esa hubiera sido la decisión, los campesinos procesados hubieran quedado sin una defensa, porque el juicio oral debe comenzar este 27 de julio, y no hubiera quedado tiempo para encontrarles defensor.

Que otra decisión de la Corte hubiera podido ser peor no significa que esta haya sido buena. ¿Por qué se inició un sumario contra los dos abogados? Supuestamente, porque retardaban el proceso con incidentes innecesarios. Sin embargo, un sumario de ese tipo debe terminar en tres meses; el iniciado contra ellos lleva seis meses, y se prolongará más. Hay una demora mayor, y no imputable a Ferreiro y Morales. En el juicio de Marina Cué, iniciado hace tres años, aún no se ha resuelto una cuestión previa: a quién pertenece el terreno de Marina Cué. En rigor pertenece al Gobierno, pero la firma Campos Morombí lo reclama como suyo, y el asunto no se ha resuelto en lo civil. Antes de resolverse, no puede juzgarse a nadie en lo penal por invadir una propiedad ajena, como se juzga a los campesinos, con evidente prejuicio.

Que la cuestión prejudicial debía quedar resuelta, lo han dicho y repetido los dos sumariados sin que se los escuchara. Los incidentes promovidos por ellos no han demorado la marcha del proceso, viciado desde su inicio. Recordemos que, el 15 de junio de 2012, murieron diecisiete personas en Marina Cué. La Fiscalía imputó a cincuenta y cuatro personas, y otras doce más fueron detenidas. Pero, ¿cuál fue el fundamento de las imputaciones y detenciones? No que ninguna de esas personas hubiera disparado un arma, sino que la Fiscalía encontró sus nombres en una lista.

Dice la Fiscalía en su imputación: “en el interior de cuadernos incautados se logró encontrar una nómina de personas individualizadas con sus nombres y apellidos, con sus documentos de identidad. De entre los integrantes de esta nómina, varios de ellos resultaron muertos en el marco del enfrentamiento... mientras que otros resultaron con lesiones... constatándose de este modo con claridad que todos los integrantes de las nóminas forman parte activa y efectiva del grupo criminal que perpetró el homicidio y las lesiones”.

Pasemos por alto el razonamiento y la redacción de este párrafo. Pasemos por alto que, cuando Ferreiro y Morales quisieron ver los cuadernos, se les dijo que se perdieron porque cayeron al agua. Aun concediendo que los cuadernos alguna vez existieron y estuvieron secos, ¿qué culpa tiene uno de que lo pongan en una lista? ¿Qué relación existe entre esa lista y el asesinato de diecisiete personas? Con lógica de hierro, pero hierro de Acepar, la Fiscalía supone que los imputados eran criminales porque estaban en la lista y estaban en la lista porque eran criminales. Por protestar contra este y otros galimatías, los defensores de la causa están sumariados.

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