EFE
A Armando Niz y Luis Miño se les imputa el supuesto delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público” por no haber actuado con mayor rapidez ante la falta de respuesta de Nisman a sus llamadas el día de su deceso, el 18 de enero de 2015, y por abandonar el edificio en que vivía el fiscal para ir a buscar a su madre, Sara Garfunkel.
Para la jueza Fabiana Palmaghini, existe “estado de sospecha suficiente” para interrogar a los dos policías como imputados, según las fuentes citadas por la agencia oficial Télam.
Previamente, Niz y Miño habían declarado en la causa como testigos.
La decisión de la magistrada se basó, entre otros elementos, en la declaración testimonial de Soledad Castro, una secretaria de Nisman, quien aseguró haber pedido sin éxito a los policías que derribaran la puerta del inmueble ante la falta de respuesta del procurador.
Palmaghini da por acreditado que los custodios abandonaron el edificio para ir a buscar a la madre de Nisman, quien tenía llaves para acceder al departamento, y volvieron a ausentarse para buscar una agenda que contenía una clave para acceder a la entrada principal de la vivienda en la que el fiscal fue hallado muerto de un tiro en la sien.
Cuatro días antes de su muerte, Nisman, quien se encontraba al frente de la investigación del atentado contra la sede de la mutualista judía AMIA (que dejó 85 muertos en 1994), había denunciado a Fernández por presunto encubrimiento de terroristas.
La denuncia contra la mandataria fue archivada el pasado mayo.
Transcurrido ya más de un año desde su muerte, la investigación judicial sigue estancada y aún no ha determinado si el procurador se suicidó o si, tal y como sostiene su familia, fue asesinado.