Una vez conocida la decisión del jurado, corresponde ahora al tribunal donde se ha celebrado el juicio fijar la pena.
La víctima, de 41 años y origen asiático, desapareció en abril de 2015 en la provincia de León, en el noroeste de España, mientras se dirigía a la ciudad gallega donde están los restos del Apóstol y uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo.
El jurado consideró a Miguel Ángel Muñiz Blas, de 41 años, culpable de asesinato y del delito de robo con violencia.
El condenado reconoció inicialmente que había matado a la peregrina, pero meses después cambió su versión y durante el juicio afirmó que se lo inventó todo al sentirse presionado por la Policía cuando fue detenido el 11 de septiembre de 2015.
Según la Fiscalía, la mujer fue asaltada y trasladada aún con vida a un lugar más apartado donde le hicieron un corte en el cuello, la desnudaron y le cortaron ambas manos -que todavía no han sido encontradas-, para más tarde enterrarla.
Las investigaciones de la Policía se prolongaron durante meses y concluyeron que a finales de agosto, el acusado habría cambiado el cadáver de sitio con el fin de que no fuera encontrado ante las numerosas batidas en la zona.
Desde Estados Unidos, el senador republicano por Arizona John MacCain envió una carta al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a quien ofreció la cooperación del FBI para solucionar el caso, aunque finalmente las autoridades de España declinaron la oferta.