Alepo, punto estratégico en el desarrollo de la guerra que devasta Siria desde hace 5 años, está desde 2012 dividida entre los rebeldes, que ocupan los barrios orientales de la ciudad, y el régimen, presente en los occidentales. Los combates se concentran ahora en el sur y sudeste de Alepo, pero ambos bandos llamaron a miles de combatientes de refuerzo para la gran batalla que se avecina por la conquista de la totalidad de la ciudad, la segunda por importancia del país. Las tropas sirias, apoyadas por combatientes iraníes, iraquíes, y del Hizbolá libanés, se enfrente al Ejército de la Conquista, una alianza entre rebeldes y yihadistas del frente Fateh al Sham. Los combatientes prorrégimen están en dificultades tras el revés sufrido en el sudeste de la ciudad: el 6 de agosto los rebeldes tomaron el barrio de Ramusa, lo que les permitió romper el sitio impuesto por el poder en los sectores rebeldes. En las últimas 24 horas, los barrios rebeldes sufrieron intensos bombardeos aéreos, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos , añadiendo que el régimen y su aliado ruso también han atacado la provincia vecina de Idleb, en manos del Ejercito de la Conquista desde 2015. afp