En el Paraguay actual hay signos de retroceso y “ocurre todo lo contrario a lo que describe en el exterior el canciller”, opina a su vez Carlos Ortellado, de la Mesa Nacional de Derechos Humanos del Paraguay.
En la sede europea de las Naciones Unidas (Ginebra, Suiza), el ministro de Relaciones Exteriores afirmó que es prioridad para el Gobierno dar cumplimiento a las sentencias y observaciones que ha recibido de los distintos mecanismos de supervisión de la vigencia de los derechos humanos.
Paraguay asumió oficialmente como uno de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y ejerce una de las cuatro vicepresidencias de este organismo, por el segmento de América Latina y El Caribe.
Gauto cuestionó que además el Gobierno busque utilizar esta membresía para mejorar su imagen internacional. Y que, en ese afán, “aparente una nueva imagen que nada tiene que ver con su accionar en materia de DDHH”.
A su criterio, la política del Estado paraguayo actual es de “violación sistemática de los DDHH”. Citó como ejemplo que existen tres sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que no se cumplen; además, que el Congreso rechazó el proyecto de ley contra toda forma de discriminación; que la Defensoría del Pueblo sigue sin ser renovada y que hay una violencia sistemática en contra de comunidades y asentamientos campesinos.
“Para nosotros es una burla lo que dice el canciller. Acá hay impunidad; le condecoran a los represores”, intervino Ortellado.
Para él, la criminalización de la lucha campesina, los desalojos violentos, que policías paraguayos reciban órdenes de brasileños, son violaciones a los DDHH.
“En el interior la situación es grave: hay gente que no tiene para comer. La situación económica es grave; y no hablemos de la impunidad sobre los hechos ocurridos en la dictadura”, reflexionó.
Además, agregó, todo lo que se consigue como avance en materia de derechos humanos, es por iniciativa y esfuerzo de la sociedad civil, no por el accionar del Gobierno.