EFE.
“En Asunción ya no debería moverse la cifra. Debería ir decreciendo. Todavía no es la realidad pero asumimos que estas cifras tienen que bajar”, explicó el responsable de la Secretaría de Emergencia de Paraguay (SEN).
En su último reporte de situación, emitido el pasado 9 de julio, la SEN cifraba también en unas 88.000 las personas desplazadas en la capital paraguaya.
Estos desplazados se albergan en unos 120 asentamientos precarios en calles y plazas, donde montan casetas con maderas y chapas entregadas por las autoridades.
Roa dijo que el Gobierno, a través de su Secretaría, coordina ahora una “fase de mantenimiento humanitario de las familias” afectadas.
“Estamos reforzando lo que sea necesario para que las familias tengan un buen pasar”, añadió.
Desde que llegó a su pico máximo el pasado 10 de julio, con 7,38 metros de nivel a su paso por Asunción, una altura que no alcanzaba desde hace unos 20 años, el río Paraguay ha bajado lentamente y ahora lleva tres días estacionado en la cota de los 7,16 metros, informó este viernes la Dirección de Meteorología.
Durante estos meses, el río se ha ido tragando casas, escuelas y calles de las zonas ribereñas de la capital, obligando a la población a trasladarse varias veces de lugar.
Según las cifras facilitadas por Roa, unas 220.000 personas están siendo asistidas por el Gobierno debido a las inundaciones en todo el país, unas 25.000 menos que en el reporte del 9 de julio.
En el departamento de Central, que incluye a algunas de las ciudades colindantes a Asunción, hay 1.031 familias desplazadas, es decir unas 5.155 personas.
Además de la capital, las zonas más afectadas por la inundación son el departamento de Ñeembucú, con 44.795 personas perjudicadas, Presidente Hayes con unas 35.170 y el de Alto Paraguay con 24.090 afectados.
En el departamento de Concepción hay otras 15.225 personas recibiendo asistencia mientras que en San Pedro los damnificados suman 7.060 y en el departamento de Cordillera unos 2.300, según los datos ofrecidos por el ministro.
Roa aseguró que “el descenso del río está produciendo un efecto de alivio en las familias": “pero aún no tenemos familias que puedan retornar en atención a las condiciones de cómo se encuentran sus hogares en Asunción”, añadió.
La bajada del caudal del río Paraguay será lenta y progresiva según los expertos meteorólogos e hidrólogos que prevén la llegada del fenómeno El Niño dentro de unos meses, lo que provocará más lluvias de lo normal en esa época, con probabilidad de que eleve el nivel de las aguas otra vez.
El Ministerio de Salud y las ONG que trabajan en el terreno con los damnificados alertan del aumento de riesgos de abusos sexuales, y de la incidencia de enfermedades relacionadas con la situación de calle que atraviesan estas decenas de miles de personas.
