El fiscal Fabián Centurión sostuvo la acusación en el juicio oral y público contra Julián Chávez, quien exigió que le pagaran G. 100.000 y no aceptó los G. 40.000 que le ofrecieron para liberar el rodado.
En sus alegatos finales el fiscal Centurión rememoró que los hechos se iniciaron a las 7.00 del 9 de junio del año 2015, cuando el denunciante, Erotidio González Cubilla, estacionó su vehículo en la calle República casi Alberdi. Él estuvo en compañía del obispo Mario Melanio Medina y de Emiliano Barrios Medina, comentó.
La denuncia formulada por González Cubilla remarcaba que debido a que el religioso tuvo que hacer unos trámites en la zona lo esperaron dentro del vehículo él y Barrios Medina. Pasaron los minutos y un rodado se estacionó delante del suyo, y otro detrás. Aproximadamente a las 7.20 regresó el prelado y cuando se disponían a salir del lugar, pidieron ayuda a Chávez, porque los vehículos le dejaron poco margen de maniobra.
Chávez les exigió la entrega de G. 100.000 por el servicio, suma que le pareció exagerada a González Cubilla. Pasaron los minutos y el denunciado no cesaba en su intento de cobrar el dinero que exigió, pese a que el dueño del rodado le ofreció 10.000, 20.000 y finalmente 40.000 guaraníes para poder sacar su rodado del lugar en donde quedó estacionado. Debido a los problemas, González Cubilla denunció el hecho a los agentes de la Policía que estaban en la zona y solo así pudo librarse.
El tribunal estuvo presidido por la jueza Sandra Farías e integrado por los magistrados Fabián Escobar y Wilfrido Peralta.