El informe es obra del comité parlamentario británico de inteligencia y seguridad y concluye que los servicios secretos no pudieron evitar el asesinato de Lee Rigby, porque no tenían pruebas de su preparación y nadie les informó de una conversación donde se anunciaba el crimen.
El primer ministro, David Cameron, compareció en el Parlamento para comentar el informe y dijo que los “terroristas están usando internet para comunicarse entre ellos y no se puede aceptar que estas comunicaciones estén fuera del alcance de las autoridades e incluso de las mismas empresas”.
Rigby, de 25 años, fue atropellado y luego casi decapitado por Michael Adebolajo y Michael Adebowale a plena luz del día en una calle de Woolwich, un barrio del sureste de Londres, el 23 de mayo de 2013.
“El único aspecto que hemos descubierto que, en nuestra opinión, pudo ser decisivo, salió a la luz solo después del ataque”, afirma el informe.
“Fue un diálogo en internet en diciembre de 2012 entre Adebowale y un extremista en el extranjero, en el que Adebowale expresó su intención de matar a un soldado del modo más violento y dramático posible”.
Si el MI5, los servicios de inteligencia internos, hubieran conocido esa conversación, “hay una posibilidad significativa” de que hubieran podido evitar el asesinato.